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Martha Pacheco, pintura de muerte y locura

Posted on 6 septiembre, 2017

Edwina Moreno Guerra
 
 
Pintora originaria del barrio de Santa Tere en Guadalajara, Jalisco, nació el 10 de diciembre de 1957. Su interés por el dibujo comenzó en su infancia, por lo que sus primeros estudios fueron en el Taller de Dibujo Dominical de la Galería Municipal de Guadalajara. En su búsqueda por un método propio, Martha Pacheco se inició en la fotográfica para documentar su pintura. A los 14 años de edad empleó imágenes de revistas que recortaba para dibujar animales, figuras humanas y paisajes. A los 19 años, después de concluir sus estudios como maestra en la Escuela Normal de Occidente, ingresó a la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Guadalajara
(1976-1981).
 
 
Su formación plástica no se limitó a lo académico; sus inquietudes estéticas, que compartió con algunos de los artistas jaliscienses más representativos de su generación, la llevaron a integrarse al Taller de Investigación Visual (TIV). Javier Campos Cabello, Miguel Ángel López Medina, Salvador Rodríguez, Irma Naranjo y Fernando de la Mora formaron este colectivo y en 1982 montaron la exposición Pintores, escultores y una bicicleta descompuesta en la Casa de la Cultura Jalisciense. La muestra fue un ejercicio fresco para una ciudad como Guadalajara donde el arte abstracto era la tendencia. Su exploración y crítica a esta vanguardia propició un arte realista y figurativo nunca antes visto en esa ciudad. La intención del colectivo era expresar las contradicciones de la vida con una visión crítica y temáticas más profundas y humanas. Durante su participación en el TVI, Martha Pacheco descubrió la obra de Francis Bacon, quien se convirtió en una fuerte influencia para ella. Sus tendencias políticas de izquierda nunca cayeron en un discurso estético panfletario.
 
 
Al inicio de su carrera, Martha Pacheco recurrió a revistas amarillistas donde recortaba imágenes de cuerpos accidentados o con autopsias para inspirarse. Tiempo después logró acceder al Servicio Médico Forense y comenzó a documentar con fotografías los cadáveres que no eran reclamados para proseguir con la realización de la pintura o el dibujo. Desde su infancia, se desarrolló como una extraordinaria dibujante y fue formándose con la influencia de la obra de artistas como Gerhard Richter y Javier
Campos Cabello.
 
 
Fiel a su concepción estética y artística encuentra coincidencias con Teresa Margolles, fundadora del colectivo artístico SEMEFO (siglas que provienen de Servicio Médico Forense), con quien mantiene una amistad entrañable. En ambas se percibe un interés y estudio detallado del cuerpo, donde la técnica fotográfica como representación de la realidad es una herramienta fundamental para la obra de ambas.
 
 
En 1982 presentó su primera exposición individual en la Casa de la Cultura Jalisciense y desde ese momento su obra se expone, pese a la censura, en diversas muestras individuales y colectivas en museos y galerías de México, Estados Unidos y Europa. En 1987 obtuvo el Premio del Séptimo Encuentro Nacional de Arte Joven de Aguascalientes; el Primer Lugar de Pintura del Salón de Octubre en 1989 y el Primer Lugar de Dibujo en la Bienal Nacional José Clemente Orozco.
 
 
Actualmente Martha Pacheco es una de las representantes de la plástica jalisciense contemporánea. Con elementos realistas y figurativos, nos presenta la muerte, con retratos de cadáveres olvidados en los servicios forenses, y la locura, con pacientes que padecen una enfermedad mental. Confronta al espectador, sin pretensiones moralizantes y religiosas, para mostrar a través de atmosferas muy personales, lo íntimo y lo natural que puede ser la muerte y la locura en un mundo tan deshumanizante como el que vivimos, donde los muertos y los locos no tienen identidad.
 
 
Su obra es un estudio profundo de estos temas, muchas veces censurados en museos y galerías de México, pero a pesar de la reprobación de su obra, logra influir de forma notable en un gran número de artistas plásticos jaliscienses.
 
 
De sus exposiciones colectivas e individuales destacan: Nueva figuración. Arte joven de Jalisco, Foro de Arte y Cultura, Guadalajara, Jalisco, 1986; Fábulas pánicas, que itineró por Colima, Michoacán, Guanajuato, Querétaro y Ciudad de México, 1987-1988; Dibujo mexicano de los años 80, Museo Carrillo Gil, Ciudad de México, 1991; Jalisco, genio y maestría, Museo de Arte Contemporáneo, Monterrey, Nuevo León, 1994; Martha Pacheco, delirio y cadáver, Museo de Arte de Zapopan, Jalisco, 2011, posteriormente exhibida en el Centro de las Artes de Monterrey; Excluidos y acallados, Museo de Arte Moderno, Ciudad de México, 2013.
 
 
En el extranjero, Martha Pacheco cuenta con las siguientes exposiciones: Artist working in Guadalajara, dibujo y grabado, Gallery of the Consulate, Nueva York, 1988; 7 visiones mexicanas, itinerante por doce ciudades de Estados Unidos, 1988;Le futur compose, Maison de L’Amerique Latine, París, 1992; Ways of Mexican realism, San Antonio y Houston, Texas, y Washington, D.C., 1992-1993; El arte ritual de la muerte niña, Instituto Cultural Mexicano, San Antonio, Texas, 1992-1993.
 
 
Su obra forma parte de las colecciones del Museo de las Artes de la Universidad de Guadalajara, Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México, una importante colección de la Serie de Locas en Monterrey del coleccionista Guillermo Sepúlveda. En la colección del Museo Claudio Jiménez Vizcarra, en Guadalajara, Jalisco, existen aproximadamente 25 obras de diferentes épocas, temas y formatos.
 
 
Para el crítico de arte Luis Carlos Emerich los temas principales en la obra de Martha Pacheco son la muerte y la locura como actos naturales:
 

    Aunque tratados crudamente, su ejercicio artístico no deja de tener visos seductores: pareciera que, una vez a traspasados los límites del sobresalto o el asco, al espectador o al epígono no les queda más remedio que rendirse a la naturalidad del acto de la locura o la muerte, y de reconocer en la artista lo que ahora parece un cliché, pero que en Martha se cumple puntualmente: la intención de dar voz a los seres anónimos, marginales, su afán por mostrarnos su presencia como lo que son: un hecho cotidiano que puede ser tratado sin morbo, con dignidad.

˂www.arteactualmexicano.com˃ Artistas/Martha Pacheco
 
 
El crítico neoyorquino Robert Storr, una de las figuras más influyentes del mundo del arte contemporáneo (curador del Museo de Arte de Nueva York durante una década y de la Bienal de Venecia en 2007) escribe: “el de Martha Pacheco es un arte donde lo real en todos sus extremos eclipsa lo imaginario. Un arte donde la imagen alcanzada por medio de un impávido escrutinio de la realidad arde más profundamente en la conciencia que la más fantástica de las alucinaciones”.
˂https://culturacolectiva.com/arte/los-muertos-de-martha-pacheco-en-el-museo-de-arte-moderno/˃
 
 
Existen dos publicaciones que abordan la obra de Martha Pacheco, El horror y lo sublime en la pintura de Martha Pacheco, investigación realizada por María Fernanda Matos y editada por el Colegio de Jalisco. La autora aborda temas que considera como eje de toda la obra de Pacheco, sobre el tratamiento que da al cuerpo muerto, al cadáver: “Ella ha sido capaz de mostrarnos toda una poesía a partir de un tema muy escabroso. Abre ventanas a temas que nos están prohibidos, no tenemos acceso fácil a la morgue o al interior de los hospitales psiquiátricos».
˂http://m.milenio.com/region/Maria_Fernanda_Matos-Martha_Pacheco-Museo_Raul_Anguiano-Colegio_Jalisco_0_501550143.html˃
 
 
La otra publicación es El desnudo femenino. Una visión de lo propio de Lorena Zamora. La autora ubica a Martha Pacheco como una pintora que recurre al desnudo para proponer un “lenguaje alternativo del cuerpo, intensificar otros sentidos, renegar de lo erótico y transgredir el fetichismo condicionante de la imagen”. A propósito de un cuadro de la serie Los muertos, la investigadora del Centro nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas escribe:
 
 

    El desnudo en la obra de Pacheco es el de un cuerpo de una mujer real, que muestra con crudeza la incisión hecha a lo largo del torso y el abdomen, una abertura no cerrada por completo que deja al descubierto los órganos de su interior: un cuerpo yerto, cuya desnudez ha perdido el efecto de la seducción, en un escenario tan poco propicio para satisfacer los requisitos eróticos del voyerista masculino.

˂http://confabulario.eluniversal.com.mx/martha-pacheco-locura-y-muerte/˃
 
 

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