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Estéticas de ciencia ficción: construcción colectiva del conocimiento

Posted on 27 octubre, 2021

Amadís Ross
 
 
El estudio de la ciencia ficción en y desde México ha crecido en la última década. Historiadores, filólogos, filósofos, creadores que plantean sus investigaciones desde el objeto mismo, círculos de lectura, revistas especializadas, grupos de entusiastas, congresos y convenciones, el panorama cienciaficcional mexicano muestra una pujanza indiscutible. Sin embargo debemos evitar el triunfalismo, la falta de al menos una escuela que analice y catalogue la ciencia ficción de manera sistemática conlleva una desarticulación que habla de un estrato académico en construcción, en ciertos aspectos tímido debido a la escasez de herramientas epistemológicas propias, a veces demasiado ocupado en justificar la relevancia del género y dando vueltas alrededor del mismo puñado de obras.
 
 
Quienes nos dedicamos a pensar la ciencia ficción debemos estar atentos a que este estatus de “en construcción” no se vuelva permanente. Los mexicanos poseemos una tendencia a estacionarnos en procesos inacabados como si nos fuera más cómodo trabajar en una casa en eterna edificación, que se cansará de esperar las ventanas, los acabados y el aplanado de las paredes. Desde el llamado “proyecto nacional” hasta la economía, pasando por el futbol, la educación y el cine, pareciera que vamos marchando hacia una meta que dignificará cada aspecto de nuestra sociedad pero “todavía queda mucho por hacer” y “el trabajo aún no termina”, al punto de que el famoso “ya merito” es una etiqueta que podemos colocar sobre casi cualquier cosa. La ciencia ficción mexicana, que cumplió un siglo en 2019,(1) sufre del mismo síndrome de estar en ruta sin por ello llegar a una primera madurez, más allá de creadores y obras excepcionales.
 
 

Eugenia

Carátula de Eugenia. Esbozo novelesco de costumbres futuras de Eduardo Urzaiz, edición de la Universidad Autónoma de Yucatán, 2021.

Obviamente esta tendencia mexicana a la incompletud obedece a una miríada de razones entrelazadas en una urdimbre tan compleja que escapa por completo de los alcances de este breve texto. Baste decir que un género como la ciencia ficción, más allá de su nacimiento en los países que generaron la Revolución Industrial, ha sido naturalizado por creadores mexicanos y estudiosos al punto de que hoy es una flecha más en el carcaj de quienes se expresan de manera sensible y estética en y desde este país. Por otro lado, podemos dar por concluida la discusión sobre si este género cuenta con la legitimidad necesaria, quienes lo sigan considerando infantil, espurio o menor simplemente no cuentan con la suficiente información.
 
 

Sleep Dealer

Fotograma del film Sleep Dealer de Alex Rivera, estrenado en 2008.

Volviendo al tema de la construcción cienciaficcional desde su estudio, uno de los obstáculos más poderosos que veo en esta ruta azarosa y a la vez gozosa es el del individualismo. El análisis dedicado a temas específicos es, hasta cierto punto, una labor personal, característica presente en la absoluta mayoría del ámbito académico. Así se elaboran libros, escriben tesis y fraguan investigaciones. Sin embargo en el caso de vetas nuevas como la ciencia ficción en un contexto como el mexicano, el avanzar de manera fragmentada ralentiza el desarrollo y dificulta la comunicación entre quienes trabajamos estos temas. Una de las consecuencias de este avanzar discontinuo es que especialistas extranjeros lleven la ventaja, como sucede por ejemplo con el cine mexicano de ciencia ficción, extensamente investigado por académicos estadunidenses.
 
 
Hay otro punto que considero crucial en lo referente al trabajo aislado, un aspecto digamos ideológico pero no por ello menos relevante: el hiperindividualismo. Esta forma de vida, fomentada desde las grandes capitales económicas, simbólicas y políticas del planeta, debilita a las sociedades y las vuelve dóciles a los designios del mercado y los frívolos intereses de las élites. Gracias al solipsismo y demás artimañas del poder global, la homogeneización de la visión occidental toma control de cada vez más aspectos de nuestras vidas. Al ser un espacio de libertad y creación intelectual que en teoría no tiene ninguna obligación hacia las altas esferas empresariales o políticas, a la academia le corresponde generar herramientas que vayan a contrapelo de estos afanes totalizadores. O al menos debería tener interés en ello, ya que la creación de cultura no ocurre en el vacío, y sin ligarse con la sociedad y el momento histórico que los cobija, los especialistas extravían su razón de ser.
 
 

Laniakea

Localización de la Vía Láctea en el cúmulo galáctico Laniakea.

Entre las estrategias posibles para afrontar el pensamiento único generado en lo que llamamos Occidente, quiero destacar la labor grupal, multidisciplinaria o interdisciplinaria, transversal y horizontal, enfocada en generar conocimiento colectivo. Este método es especialmente útil cuando se aplica a la ciencia ficción, que como revela su práctica y su estudio, cuenta con un núcleo contrahegemónico muy fuerte debido a su relación intrínseca con la frontera, no sólo científica y tecnológica sino de la imaginación. Esta habilidad para abrir camino es una de las razones que vuelven al género una herramienta valiosísima para analizar el presente, pero para profundizar en este tema sería necesario otro texto.
 
 
El Seminario Estéticas de Ciencia Ficción, establecido en el Cenidiap(2) desde abril de 2016, ha trabajado bajo el modelo de inteligencia colectiva desarrollando sus propias herramientas epistemológicas a la vez que aclaraba su campo de estudio y aprendía a entender las múltiples maneras de aproximarse a él. Ha sido un trabajo pionero en muchos sentidos, con todas las ventajas y desventajas que significa desbrozar el terreno. También comprometidos con las formas académicas consagradas, los integrantes del Seminario hemos elaborado compendios de ensayos individuales arbitrados, como el caso de Historias, mitos y ritos: ciencia ficción desde América Latina. Aportaciones desde el Seminario Estéticas de ciencia ficción vol. 1 y varios más que están en proceso editorial. Esta labor que podríamos llamar tradicional vertebra la actividad del grupo, ya que condiciona a cada integrante a sostener una investigación propia, sobre la que debe presentar avances ante los demás y recibir retroalimentación. Con este método individual-colectivo se han avanzado grandes trechos en temas específicos como la historia de la ciencia ficción mexicana, la relación del género y la pandemia de covid-19, la ucronía(3) o la crítica ficción.
 
 

Covid19-(84)

Ilustración del libro Covid-19(84) escrito por el Seminario Estéticas de Ciencia Ficción.

A pesar de todo esto, ha sido en la discusión grupal de temas específicos donde el Seminario ha descubierto la mayor riqueza. Encontrar una definición de trabajo de ciencia ficción fue la primera de estas labores.(4) Más adelante se generó un diagrama rizomático sobre los temas que inciden en el género y analizó el desarrollo de la modernidad en México. Una vez afiladas las herramientas de trabajo colectivo se tuvo la capacidad para tratar temas más complejos, como la ucronía desligada de la noción occidental de tiempo lineal, el impacto de la tecnología en las corrientes más radicales de ideologías contemporáneas o el papel de la ciencia ficción en el proceso de decolonización de las naciones del llamado Tercer Mundo.
 
 
Ha sido la búsqueda de entender qué son las estéticas de ciencia ficción la que más ha afanado al Seminario. Tema abstracto y de múltiples intersecciones que nos ha obligado a echar mano de preceptos móviles, en ocasiones incluso contrapuestos, que oscilan entre la idea clásica de definiciones estables, el cuestionamiento sistemático y la búsqueda constante de desmontar las estructuras epistémicas generadas por Occidente. En este proceso hemos diseccionado la dimensión mítica que tienen las narrativas cienciaficcionales, el poder transformador del género sobre los arquetipos, la desecación de significado que ha ejercido el neoliberalismo sobre las narraciones no hegemónicas, y los vínculos de nuestro objeto de estudio con aquello que no es posible abstraer: la experiencia estética. En los próximos meses el Seminario comenzará a dar a conocer algunos de estos avances, en búsqueda de interlocutores que los enriquezcan, problematicen y confronten.
 
 

Estéticas

Meme intervenido por J. Eduardo R. Gutiérrez.

Decidimos llevar la colectividad al Tercer Encuentro de Estéticas de Ciencia Ficción,(5) que en esta emisión lleva por título Estridencias de la máquina estética: ciencia ficción mexicana en construcción. En la convocatoria para ponencias se detalló que los aplicantes elegidos formarían parte de un taller en el que se trabajarían de manera grupal sus propuestas, desde su estado embrionario hasta el borrador cercano a la versión final. No sabíamos si este requisito desalentaría a posibles participantes, sin embargo deseábamos no sólo probar nuestra manera de trabajar con personas que no forman parte del Seminario, sino presentar una alternativa a la fragmentación brutal que se vive en buena parte de los congresos académicos, en los que el especialista asiste sólo a la mesa que le fue designada, lee su ponencia junto a dos o tres desconocidos, y al terminar vuelve a casa.
 
 
El bautizado “taller de ponencias” se desarrolló en cuatro sesiones, moderadas por tres miembros del Seminario: Naoura Broquet, J. Eduardo R. Gutiérrez y quien escribe estas líneas. La metodología fue sencilla: los participantes leyeron previamente el avance de cada integrante y uno a uno externaron opiniones, críticas e ideas. Resultó muy interesante atestiguar las muy diversas maneras en que cada integrante fue pasando de una posición retraída y cautelosa a integrar un grupo que en el último tramo del taller derrochó agudeza y generosidad. No sólo cada ponencia se enriqueció del conocimiento y las impresiones de colegas, sino que el taller generó una comunidad consciente de que forma parte de una generación de estudiosos y entusiastas de la ciencia ficción, genuinamente interesada en conocer lo que hacen los demás y orgullosa de formar parte de un proceso horizontal que antes del individuo pondera la generación de conocimiento.
 
 
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De los diecinueve seleccionados tras el cierre de la convocatoria, trece concluyeron este taller inédito. Las versiones definitivas de cada una de las ponencias se harán públicas en el Tercer Encuentro de Estéticas de Ciencia Ficción, planeado para realizarse el 23, 24, 25 y 26 de noviembre de 2021. Se transmitirá vía el interfaz del Centro Nacional de las Artes. Invitamos al lector a asistir desde su computadora o dispositivo favorito a esta muestra de inteligencia colectiva, que desde su muy particular trinchera contribuye a una manera en resistencia de entender y experimentar el mundo.
 
 
 
 
Notas
 


[1] Se considera a la novela Eugenia. Esbozo novelesco de costumbres futuras (1919) de Eduardo Urzaiz como la primera obra formal de ciencia ficción en México.

 

[2] Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas (Cenidiap) del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL).

 

[3] Del griego uchronos (οὐχρόνος), “no tiempo” o “tiempo inexistente”. Este subgénero parte de responder la pregunta ¿qué hubiera pasado si…? Por ejemplo, ¿qué hubiera pasado si Cristóbal Colón no se hubiera topado con América?, o ¿qué hubiera pasado si Miguel Hidalgo hubiera tomado la capital tras la Batalla del Monte de Las Cruces?

 

[4] “Manifestación cultural de carácter especulativo que expresa esperanzas y ansiedades motivadas por la ciencia y la tecnología de su época mediante la transfiguración del presente”.

 

[5] El primer encuentro se llevó a cabo en 2017. El segundo, nombrado Perspectivas de la ciencia ficción en América Latina, en 2019, y fue acompañado por una muestra de cine latinoamericano de ciencia ficción en la Cineteca Nacional.

 
 
 
 

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