La ausencia de la presencia: una visión pionera y glocal del comienzo de la pandemia

Posted on 5 enero, 2022

Carlos-Blas Galindo
 
 
El libro de Óscar Ulises Verde Tapia La ausencia de la presencia (México, Botello, 2021, 72 págs.) es un volumen en formato cuadrado de 20 centímetros por lado, impreso a una tinta, que también es adquirible en versión digital, vía Amazon <https://www.amazon.com.mx/…/ref=cm_sw_r_apan_glt…>, en tanto que su autor ha difundido, en su cuenta de Facebook <(3) Ulises Verde | Facebook>, fragmentos de su escrito, así como algunas de las imágenes que incluyó en este volumen. Para el texto se optó por una caja ancha a una sola columna, lo cual no dificulta la lectura pues la compensan tanto el interlineado general, así como recursos de puntaje y espacios en el diseño editorial, en tanto que unos “juegos” tipográficos en las letras d y ñ le añaden originalidad a la parte legible. El formato, por otra parte, es ideal para la apreciación de las imágenes que se incluyen en el libro, el cual es una edición en castellano, italiano e inglés, con un prólogo de Miren Piña Vázquez (fechado en diciembre de 2020), volumen que su autor considera, amén de una publicación testimonial, como un libro de artista.
 
 
La ausencia de la presencia deriva del impacto que al autor le causó el haber sido testigo de las primeras reacciones ante la expansión de la pandemia derivada de la enfermedad Covid-19 durante su estancia de 21 días con propósitos de producción artística, de trabajo académico y de difusión en las ciudades italianas de Florencia, Monte San Martino y Roma en los meses de febrero y marzo de 2020, así como de su constatación del drástico vaciamiento de esas ciudades en tan solo 10 días. En enero de 2020 Ulises Verde había publicado su libro Muros y ruinas de la memoria, con un texto de mi autoría en el que me refiero a su obra, volumen que presentó en febrero de aquel año en el Museo Dante Alighieri de Florencia y, al inicio de marzo de 2020, en la Pinacoteca Cívica “Monseñor Armindo Ricci” de Monte San Martino, en la región de Macerata.
 
 
En la parte escrita de este libro, intitulada “La humanidad”, su autor alude de manera directa tanto al coronavirus SARS-CoV-2, como a la pandemia por Covid-19 causada por éste; sin embargo, en su texto Ulises Verde no utiliza esta terminología para nombrarlos. En cambio, se refiere de una manera poética, que no llanamente eufemística, a la expansión del mal (de lo maligno) como “sombra” o bien como “oscuridad”. Su escrito constituye una reflexión pionera que no sólo es reflexiva sino que atiende a las emociones y a los sentimientos, luego de haber vivido el impacto del encierro (o confinamiento), así como de la llamada distancia social de las personas en aquellos meses y, de igual manera, de haber tenido noticias muy tempranas de constataciones de muertes entre gente que había resultado contagiada.
 
 
En su texto, inicialmente propone una crítica a la noción de progreso, arraigada durante la fase de la modernidad (por oposición al Romanticismo dieciochesco y decimonónico), la cual subsiste tanto en el capitalismo como en cualesquiera sistemas económicos hoy en día, idea que el pensamiento posmoderno de los 80 y 90 del siglo XX apenas ha conseguido revertir y solo en algunos ámbitos, como lo es el específicamente artístico. Y, adicionalmente, Ulises Verde cuestiona la noción de cultura como creación humana opuesta a la naturaleza o al menos ajena a ella, idea que soslaya que quienes conformamos la humanidad somos partes integrantes de la naturaleza. Denuncia la arrogancia de la humanidad, como especie por ahora dominante en nuestro planeta, misma que hasta hace muy poco tiempo se jactaba de ser invulnerable. Cabe destacar que, en su escrito, Ulises Verde alude con acierto a lo sonoro al describir la paulatina extinción del bullicio planetario, así como es preciso subrayar que también se refiere a la percepción de la temporalidad cuando afirma que “el tiempo se detuvo”.
 
 
Da testimonio, además, de la inacción e incredulidad frente a las primeras noticias sobre la propagación del coronavirus, y también da cuenta de la paulatina aceptación de su existencia, tanto en lo colectivo como en lo individual. El título de su libro proviene de la presencia del coronavirus y de la subsecuente pandemia, así como de la ausencia marcada por las primeras personas que fallecieron luego de haber enfermado de Covid-19; a la ausencia de gente como resultado de la creciente presencia de la pandemia, y a la falta de la presencia humana, es decir, a su ausencia. Al escribir utiliza términos como “desolación”, “soledad”, “miedo” y “abandono” para referirse a aquello que presenció en los días durante los que transcurrió su estancia de 2020 en Italia; da cuenta del miedo (social y personal) ante algo que para nuestras generaciones resultó inédito y que al inicio de aquel año incluso las personas más optimistas vislumbrábamos como ineludible e invencible.
 
 
Óscar Ulises Verde Tapia relata con preocupación y rechazo el que parte de la solución para frenar el incremento de los contagios haya sido la restricción de uno de los derechos humanos, que es el de la libertad de tránsito, y ensalza el trabajo del personal de los servicios de salud. Asimismo, comenta con beneplácito el que, entre las consecuencias positivas del repliegue humano, otros seres vivos hayan recobrado espacios que la humanidad había invadido.
 
“Todo se volvió silencioso y apacible”, escribe.
 
 
Líneas después afirma que, cuando algunas personas comenzaron a salir de sus encierros por diversas causas y, de entre ellas, algunas no enfermaron, o bien habiendo contraído el coronavirus, no murieron, se trató de algo sumamente esperanzador, si bien da cuenta de los fallecimientos entre las personas profesionales de la salud.
 
“Y la vida comenzó a resurgir”, asevera.
 
 
A continuación, añade que luego de una recuperación, si bien nada ha vuelto a ser igual que antaño, se constató la vulnerabilidad de la especie humana, lo cual considera como aleccionador. Alaba que el silencio haya terminado paulatinamente para dar paso, poco a poco, a ese añorado bullicio.
 
“La humanidad”, texto que Ulises Verde publica en su libro La ausencia de la presencia, es precisamente un escrito humanista, en el que su autor da fe de su confianza en la capacidad de quienes integramos nuestra especie para ejercer, con modestia, nuestro papel en la evolución de la vida en el planeta que habitamos; para aceptar, con humildad, que somos vulnerables y que formamos parte de algo muy complejo, que es la naturaleza en su totalidad.
 
 
En lo que concierne a la parte artística incluida en este volumen, se trata de obras de gráfica digital que Ulises Verde realizó con base en las poco más de 120 tomas fotográficas que hizo con la cámara digital de su teléfono celular (de un modelo avanzado) durante su mencionada estancia italiana en 2020. Los procedimientos que utilizó para resolver sus imágenes a partir de las tomas realizadas fueron los recortes y los reencuadres, así como los montajes y las yuxtaposiciones. Complementó sus obras añadiéndoles coordenadas geográficas de latitud y de longitud, textos diversos o los títulos mismos que había elegido para identificarlas, e incorporándoles escritos periodísticos -en los que sí se menciona la pandemia- y un boleto de tren.
 
 
Las obras de Ulises Verde destacan por su elevada fuerza expresiva pues causan, en las sensibilidades de los públicos, respuestas de asombro, azoro, impresión, impacto y sorpresa. Se trata de imágenes que intrigan, que inquietan y que conmueven. Su autor consigue estos resultados mediante el empleo de recursos expresivos tales como los de lo inestable, lo insólito, lo aterrador y lo bello, opción estética, esta última, que ha caído en desuso en mucho del arte actual y que Ulises Verde recobra con éxito.
 
 
La temática principal que este artista aborda en sus obras de gráfica digital es la del vaciamiento poblacional local y turístico en tres ciudades italianas, como muestra de lo acontecido en el resto del planeta. El enfoque con el que aborda su tema es profundo, adecuado, analítico, provocativo, preocupado, preciso y convincente. Al apreciar su producción es posible constatar que la utilidad que para él tiene el arte es la de ser coadyuvante en la toma de conciencia respecto a que la población humana forma parte indisoluble del entorno natural y que, por ende, la humanidad ha de frenar la sobreexplotación y la depredación que hasta ahora realiza. La actitud con la que resuelve sus imágenes resulta humanista, rebelde, testimonial y también vital.
 
 
En lo tocante a la eficacia comunicativa de sus obras cabe resaltar que éstas generan evocaciones, recuerdos, sensaciones, así como procesos de asociación, y que cuentan con diversas posibilidades de lectura, las cuales resultan convergentes. La madurez expresiva de Ulises Verde es innegable, pues en su producción actual se reconoce un lenguaje individual que ya había consolidado desde sus series Memorias, ruinas e imaginarios (2014-2018) y Muros, frases y falacias (2018).
 
 
Su producción es impecable técnicamente como consecuencia del manejo osado que el autor hace de su repertorio técnico y del dominio que ha alcanzado de los procesos digitales de producción a los que recurre. En sus resultados destaca una absoluta pulcritud, a la vez que emplea soluciones compositivas variadas que van desde la simetría axial (como es el caso de su pieza intitulada Via della Conciliazione, Città del Vaticano, 3 de marzo de 2020) a la solución de tensiones (como lo es su imagen del interior de un vagón de tren, intitulada 02 marzo 2020 11:40 Treno SM Novella Termini, incluida en esta reseña). Se trata de un artista autocrítico que es riguroso ante su quehacer. En cuanto al lenguaje colectivo en el que se le puede ubicar descuellan la postfotografía, así como el desconstructivismo en las artes visuales, dadas las reconfiguraciones de sus imágenes por la vía de una previa fragmentación o selección, así como del empleo de textos.
 
 
Óscar Ulises Verde Tapia innovó al haber dado respuesta inmediata a la ingente necesidad de abordar el tema del vaciamiento de tres ciudades italianas como resultado directo de las restricciones para el libre tránsito que en todo el planeta se adoptaron con el propósito de limitar los contagios por el coronavirus SARS-CoV-2 y, sobre todo, realizó un aporte al desarrollo de la cultura artística al haber satisfecho ese requerimiento desde una doble posición glocal: como mexicano en Italia, y refiriéndose a la situación en aquel país como una manera muy acertada de aludir a lo global pues de eso se trata lo glocal; es decir, de atender asuntos planetarios desde la riqueza y la diversidad de las múltiples visiones y los numerosas posibilidades locales. Es debido a lo anterior que es posible ubicarlo como autor de un arte de avanzada que, a diferencia del pretérito y del predominante, no es artecentrista, de un arte que cuenta con una importante utilidad social, que resulta sanador, que es solidario, y que escapa con gran eficiencia de la subalternidad (como ya lo había demostrado este artista mediante su presencia destacada en ámbitos culturales de Ecuador, EE. UU. e Italia).
 
 
Ulises Verde expuso la serie de obras de gráfica digital que incluye en su libro La ausencia de la presencia de manera virtual en diciembre de 2020; en julio de 2021 la mostró en el museo italiano Villa Bassi Rathgeb de Albano Terme, en tanto que en enero de 2022 la exhibe en la Universidad Panamericana de la ciudad de Guadalajara. La doble acción de editar un libro en el que se reproducen estas imágenes y a la vez exponerlas lleva a recordar que, para Juan Acha, el exhibir fotografías es correcto; empero, él consideraba que el lugar ideal para esta índole de imágenes está en el álbum, en la revista, en el libro, como ocurre en la presente edición. O bien, agrego por mi parte, en el gabinete de estampa de alguna institución museal. El propio autor está a cargo de la distribución de su libro La ausencia de la presencia; la dirección de correo electrónico para establecer contacto con él es <ulises_verde@yahoo.com.mx>.