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Anormalidad

Posted on 28 mayo, 2020 by cenidiap

Alberto Híjar Serrano
 
 
De tiempo atrás, somos millones los promotores de la humanidad plena amenazada por una normalidad impuesta a sangre y fuego por la ganancia material a toda costa. Para nosotros, la brutal imposición de la normalidad como acumulación capitalista exige la lucha de tiempo completo para abrir el paso a la emancipación de la especie humana con el trabajo que transforma para bien a la naturaleza, a las relaciones sociales como salud integral, a las relaciones de producción para el bien de todos y no para el provecho personal y familiar organizador de consorcios enemigos de la solidaridad y la armonía ambiental.
 
 
La imposición de la injusticia de la ganancia a toda costa cuenta con aparatos de reproducción de alta eficiencia técnica. La pandemia pone al descubierto el desamparo de los pobres, la concentración monstruosa de poder y dinero, bienes y servicios en una minoría dominante de organizaciones financieras y políticas que imponen la defensa de la productividad capitalista mundializada. Sentimientos, sensaciones, ilusiones, aspiraciones, corporeidad, son bombardeados por la banalidad individualizada que exalta a la familia patriarcal en cuarentena, cocinando, bailando, haciendo gimnasia, gozando de canciones cursis y películas que van de la idiotez a la exaltación de figuras de la industria del espectáculo que han controlado su drogadicción y su promiscuidad hasta volverla ejemplar para Televisa. Esta idea de normalidad incluye la violencia extrema del cine mercantil emblemático ahora repetido: Blade Runner, Rápido y furioso, las vidas de narcotraficantes como el Señor de los Cielos y los imaginarios mexicanos como Chema y hasta deportistas asesinos como Monzón. Nadie reprueba a Trump golfeando y la Gaviota reaparece como heroína ya sin Peña Nieto.
 
 
Nosotros, los constructores de la normalidad otra de compañerismo justiciero, contamos con historias de vida reprobadas por los aparatos de Estado. Cuando el gran pintor, grabador, ilustrador y director de obras colectivas memorables como El Zapatota del tamaño de un tercio del Zócalo, tuvo que presentar su currículum, procedió negativamente: no es parte del Sistema Nacional de Creadores, no cuenta con una historia académica más allá de servir a la UAM Xochimilco como técnico. Mi currículum va por ahí: secuestrado y torturado por la Seguridad del Estado, preso político por pertenecer a una organización de lucha armada, corrido de la UAM-X y de la UNAM, huelguista de hambre para denunciar la corrupción cultural, nunca profesor de carrera sino de carreras para ir de una escuela a otra. A cambio, contamos con trabajos de solidaridad nacional e internacionalista con Cuba, Nicaragua, Chile, Colombia, Vietnam y con participación en decenas de luchas de resistencia en México, desde los movimientos estudiantiles, a trabajos en la Mixteca, Atenco y Ayotzinapa. Hoy mismo, día 26 de recuerdo del ataque de Estado criminal en Iguala, el Antimonumento de los 43 en el cruce de Reforma y Bucareli, amaneció rodeado de huellas en la calle, consignas pintadas y los retratos colgados de poste a poste. Todo sin permiso ni patrocinio oficial, sino trabajado por colectivos ajenos y en contra de los prestigios de la normalidad enemiga.
 
 
Hoy 26, es comunicada la renuncia de Pablo Cabañas de recibir atención médica en el Hospital Militar de la Ciudad de México, él que fue capturado en su salón de clases en Sonora por ser hermano de Lucio a quien compuso una decena de excelentes corridos publicados por el Taller de Arte e Ideología gracias a STUNAM, como parte de los trabajos del Fondo Documental Lucio Cabañas y del Museo de Sitio en Atoyac, cuando fueron identificados los restos del guerrillero. Contra la normalidad de la memoria burguesa el Estado empeñado ahora en condecorar generales y escritores individualistas y como concesión, a cambio de su explotación laboral, a los heroicos trabajadores de la salud. En el año de Leona Vicario ya olvidado, no se le ocurrió al gobierno llamar así a la presea concedida. Sorpresivamente, surgen mujeres tan admirables como la jefa Fabiana, directora de enfermeras del IMSS, infectada y curada para reincorporarse a su trabajo.
 
 
Las redes sociales son ocupadas del lado bueno. Leticia Servín recibe la solidaridad de cantoras, músicos y técnicos para difundir la canción Colibrí en honor a su hijo Dante de siete años, raptado hace dos por su padre. La misma pareja de Mariana Rivera y Josué Vergara que hicieron Se va la vida compañera con los diálogos entre León Chávez Teixeiro y las dirigentes en lucha de la Martín Carrera, las costureras y Santo Domingo Pedregales, producen y reproducen el encuentro con públicos ávidos de buenas lecciones en América y Europa y sí, consiguieron apoyos oficiales sin someterse a la industria del espectáculo. Por su cuenta y riesgo, Francisco Barrios “El Mastuerzo” y su canto semanal, transmite desde su humilde y dignísima vivienda, sede de importantes proyectos progresistas.
 
 
La prensa por la memoria popular denuncia la normalidad del silencio y la mentira, como hace El Zenzontle, las radios comunitarias como la histórica de Huayacocotla con transmisiones en náhuatl y otomí. Radio Amilzinko, heredada por su fundador Samir Flores, víctima de asesinato impune por oponerse al Proyecto Integral Morelos, continua sus transmisiones una vez que el pueblo ha nombrado la escuela primaria con el nombre del querido profesor. Cuenta para la difusión de estos eventos, los trabajos de mujeres periodistas como Laura Castellanos y Gloria Muñoz. Los documentales filmados son incorporados a este proceso como La fuga de Oblatos, que será comentada el jueves a las 17:00 horas por el muy querido Guaymas, Mario Cartagena, quien sufrió la amputación de su pierna gangrenada por el abandono en un pasillo, de su cuerpo con siete balazos de Estado en guerra sucia contra las organizaciones libertarias. Estas “normalidades” se repiten ahora en los cerca de trescientos feminicidios en lo que va del año, el asesinato de decenas de periodistas y activistas en defensa del ambiente, acoso contra comunidades enteras obligadas al desplazamiento y la prisión de indígenas sin culpa alguna. No basta la amnistía que perdona (¿de qué?), sino hay que acabar con la normalidad racista, clasista y macha. Hay reuniones por vía electrónica de los comisionados para hacer justicia a los desaparecidos, asesinados, encarcelados y torturados. Carlos Sinhué Mejía, víctima de un crimen sin explicación alguna, sigue victimado con sus familiares y compañeroas por la criminalización que pretende justificar su asesinato. La fiscalía ya fue obligada a principios de año a pedir perdón al historiador, pianista y miembro del Comité de Lucha de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Un derecho para la injusticia forma parte de la normalidad capitalista.
 
 
Todo el poder de la práctica teórica de la filosofía como lucha de clases en las teorías, combate el descomprometimiento que proclama la posverdad. Tampoco sirve el humanismo que oculta la lucha de clases en sustancias metahistóricas como la esencia humana y su liberación abstracta. El marxismo otra vez, ha escrito Toni Negri en esta hora de la transición contra el Imperio del Caos como llama Samir Amin a esta crisis de muerte. Para nosotros, lo esencial es construir una tendencia libertaria contra la criminal normalidad represiva que califica de esenciales a la industria automotriz por ser una cadena de explotación de empresas canadienses, yanquis y la mano de obra de México, la más barata de América. Tampoco la minería es esencial por la destrucción del territorio y del ambiente, según sostienen los mineros de Zacatecas en huelga y los trabajadores de las maquiladoras.
 
 
Economía moral llama de tiempo atrás Julio Boltvinik a la politización de la economía necesaria para objetar a las calificadoras de la productividad y los manejos financieros contra los trabajadores sujetos a sindicatos y centrales obreras sometidas a los grandes consorcios trasnacionales. Alarma general cunde entre los comentaristas televisuales por el rechazo presidencial a las calificadoras y al abuso del Producto Interno Bruto como medida del desarrollo. Un seminario funciona desde hace unos dos años con la promoción del decrecimiento como solución productiva humanizadora. La economía política está en disputa y sus críticos radicales trabajan, tanto como Chomsky desde el propio Estados Unidos.
 
 
De modo que sin partido, sin más sindicatos que los proyectos como el de Trabajadores de la Salud que incluye no sólo a médicos y médicas y enfermeras y enfermeros, sino también empleados y servidores diversos como los organizados en Guadalajara con el nombre de Somos Químicas no Técnicas, forman parte de las legiones contra la amenaza de preservación del desastre capitalista como normalidad. Nunca más un México y un mundo sin nosotros es la proclama de los indígenas ahora hermanados con los ambulantes, los migrantes, los desplazados, los y las LGBTT y todas las T, los científicos y los artistas antisistémicos, los ambientalistas, los y las comunicadoras.
 
 
26 de mayo, 2020.
 
 

Cartel Uruguay en redes.


 
 
 
 
 

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