Estampa y lucha, a ochenta años del Taller de Gráfica Popular
Posted on 15 mayo, 2019 by cenidiap
Laura González Matute
(Texto leído en el Museo Nacional de la Estampa, Ciudad de México, 28 de febrero de 2019).
A ocho décadas de la fundación del Taller de Gráfica Popular (TGP), el Museo Nacional de la Estampa presenta el catálogo Estampa y lucha. El Taller de Gráfica Popular 1937-2017, una de las mejores compilaciones de imágenes que la agrupación creó a través de su trascendente trabajo artístico-político, en los ámbitos nacional e internacional.
Aunado a la magna exposición que se presentó en el mismo recinto a partir de diciembre de 2017, la publicación complementa de manera global un esfuerzo conjunto que enriquece de manera significativa el conocimiento y estudio del TGP. Resulta trascendente haber logrado congregar un sinnúmero de grabados y documentos; si bien la mayoría de ellos ya habían sido publicados y difundidos, muchos otros permanecían inéditos e incluso se desconocía su paradero.
El catálogo se apoya en un didáctico y bien documentado texto escrito por la especialista en el tema Helga Prignitz bajo el título, “Estampa y Lucha. 80 años de El Taller de Gráfica Popular 1937-2017”, que da continuidad al estudio que la misma investigadora publicó en 1992. Si en aquel momento su libro El Taller de Gráfica Popular en México 1937-1977 resultó una base imprescindible para el conocimiento sistemático y analítico sobre este tema, el ejemplar que hoy se presenta tiene el mérito de poner al alcance del público una gran diversidad de imágenes sobre la producción gráfica creada por los artistas del grupo. Incluye reproducciones provenientes de diferentes colecciones, tanto gubernamentales como particulares; entre las más representativas están las del acervo del Museo Nacional de la Estampa, las de la Academia de Artes y las del Museo Nacional de Arte; en cuanto a las colecciones particulares, se cuenta con obras del acervo de la propia Prignitz, de Ernesto Arnoux, Mercurio López Casillas, Rafael Barajas, Museo del Estanquillo, acervo Carlos Monsiváis, Centro de Estudios del Movimiento Obrero y Socialista A.C y el Taller de Gráfica Popular, entre otros. Organizado en ocho capítulos sobre la historia, desarrollo y avatares sufridas en este taller, se anexan, además, apartados iconográficos sobre carteles, volantes, calaveras y otras ediciones.
La investigadora aborda los temas nodales del gremio, que van desde los colectivos artísticos que lo antecedieron, pasando por la creación de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR) y la Fundación del Taller Editorial de la Gráfica Popular (TEGP) en 1936, para complementarse con la creación definitiva del Taller de Gráfica Popular (TGP) en 1937. Prignitz anota las referencias biográficas de los miembros que conformaban el grupo y expone de qué manera se llevaba a cabo el trabajo colectivo, las reuniones y sus protocolos, para subrayar enfáticamente la importancia de la organización que imperaba en el gremio. Así, entre calendarios, carteles, hojas volantes, estampas, calaveras, carpetas y ediciones, este catálogo, como un caleidoscopio de propuesta editorial, nos introduce al universo creativo del trascendente colectivo de artistas, que fue el Taller de Gráfica Popular.
Sustentado en las propuestas gremiales como en los estatutos y declaraciones de principios que publicaron, ampliaron y modificaron estos artistas desde 1938 hasta 1960, el texto transita por los diversos avatares que tuvieron que sortear los integrantes: “Ochenta años es un largo tiempo de vida para un colectivo y motivo de orgullo para sus integrantes, no solamente por haber logrado permanecer juntos como grupo de artistas, sino porque, además nunca dejaron de ser creativos a lo largo de esos años. No obstante, el TGP de hoy es sólo una sombra del original Taller Editorial de Gráfica Popular (TEGP), que fue fundado con mucho entusiasmo en 1937”.(1)
En uno de los capítulos se alude a las exposiciones y al Premio Internacional de la Paz, mientras que otro toca el tema sobre el Frente Nacional de Artes Plásticas. Como culminación, se hace referencia a la división que sufrió el taller en 1960, sus múltiples escisiones posteriores y, finalmente, como fue apuntado, se menciona escuetamente lo que es hoy o lo que queda de la organización.
Entre los documentos que se presentan, cabe mencionar, como productos relevantes y poco difundidos, los dos calendarios que para la Universidad Obrera de México imprimió el TGP, uno en 1938 y otro al año siguiente. Ilustrados con estampas litográficas a dos tintas de Leopoldo Méndez, Luis Arenal, Jesús Bracho y Pablo O´Higgins, cada mes iba acompañado por una placa que remite tanto a un prócer revolucionario o acontecimiento del movimiento armado de México, como a los líderes de la Independencia, a los grandes movimientos obreros, a la nacionalización de los ferrocarriles y a la omnipresente amenaza del fascismo. Es interesante señalar que el calendario de 1938 está firmado con las siglas “TEGP Y LEAR”, por lo que se advierte que fue creado precisamente en el momento de transición “cuando los artistas eran miembros de la LEAR, aunque ya existía el proyecto fundacional del TGP”.(2)
Se abunda, por otra parte, sobre temas que han sido poco difundidos, como es el caso de la labor realizada por la Liga Pro Cultura Alemana y las organizaciones de exilados que llegaron a México antes de la segunda Guerra Mundial, misma que organizó un ciclo de conferencias dictadas en el Palacio de Bellas Artes entre 1938 y 1939. Para ellas, el TGP, llevó a cabo la realización de los carteles que promocionaban estas disertaciones. En un primer momento, abordaban temas sobre la cultura alemana y, más adelante, apoyados por el mismo gobierno de México, manifestaron críticas directas a la política del régimen nazi. Esta serie de 18 carteles es una obra maestra de los primeros dos años del Taller de Gráfica Popular. Cabe resaltar el cartel que sobre el fascismo japonés realizó el artista plástico Isidoro Ocampo mediante una incisiva e impactante metáfora.
Un hecho trascendente fue la llegada a México, en 1939, de Hannes Meyer. Invitado por el presidente Lázaro Cárdenas para dirigir el Instituto de Urbanización y Planeación, fue un personaje notable que encabezó la lucha contra la Alemania nazi desde México. En esta época creó, junto con Heinrich Heine en 1941, la revista Alemania Libre, para la cual Leopoldo Méndez aportó dos versiones de su pieza titulada La carta. Sobre esta obra, Helga Prignitz apunta: “Al estilo de Käthe Kollwitz, se representa de manera metafórica el dolor de la mujer ante la pérdida de un ser querido”.(3) En 1942, Méndez creó la editorial El Libro Libre y él mismo publicó la portada para la novela de Anna Segher´s La séptima cruz, la cual relataba la fuga de siete presos de un campo de concentración nazi.
Por otra parte, Meyer, al acercarse al Taller de Gráfica Popular, fue fundamental en su capacidad organizativa, logró unificar los diferentes intereses de las individualidades artísticas, aplicó su capacidad para ampliar la agrupación, establecer la Editorial de La Estampa Mexicana y, a través de grandes colecciones, extender la fama del TGP más allá de las fronteras de México. Al proceder así, le aseguró al Taller la existencia relativamente acomodada de una empresa, cuya economía floreció durante cierto tiempo.
Dentro de la lucha en contra del nazismo, en 1943 se publicó El libro negro del terror nazi en Europa, ilustrado por los artistas del TGP. En sus páginas se informaba, a través de varios testimonios, sobre el terror impuesto por el régimen nazi en aquel continente.
Otra de las aportaciones editoriales son los grabados de varias publicaciones literarias o de imágenes gráficas de alto contenido estético que se llevaron a cabo durante la gestión de Georg Stibi, quien sustituyó a Hannes Meyer por un tiempo. Con el apoyo de Stibi, la editorial tuvo un momento de auge que se canalizó en la edición de siete publicaciones de mérito indiscutible como fueron el libro Rito de la tribu huichol con placas de Ángel Bracho, Dichos populares de Raúl Anguiano, Incidentes melódicos del mundo irracional de Juan de la Cabada, con grabados de Leopoldo Méndez; están también Estampas de Yucatán, con ilustraciones de Alfredo Zalce y El Sombrerón, otro libro de temática surrealista o fantástica escrito por Bernardo Ortiz de Montellano e ilustrado por el mismo Zalce; finalmente, Bajo la línea del Ecuador, de Galo Galecio.
Al regreso de Hannes Meyer, su esposa, la diseñadora Lena Berger-Meyer, apoyó la publicación del libro Mexihkanantli o Madre mexicana con ilustraciones de Jean Charlot, el cual, como apunta Prignitz, es “una bellísima sinfonía de litografías en colores armónicos”.(4)
Menciono estas publicaciones en tanto que el taller tuvo como prioridad llevar a cabo grabados de contenido político y en apoyo a las luchas por la democracia. No obstante, fue en este periodo en el que tanto Mayer como Stibi estuvieron al frente de la organización, en que se llevaron a cabo estas ediciones de corte literario y estético, lo cual muestra el interés que por la cultura en general proyectaron al Taller de Gráfica Popular.
Cabe resaltar que fue también en esta época en que se reimprimieron álbumes trascendentes como En nombre de Cristo han asesinado a más de 200 maestros; el ejemplar álbum de Río Escondido que fue base para la película de Emilio Fernández con el mismo nombre, que evoca el tema sobre una maestra rural que lleva la tarea de alfabetizar un poblado del estado de Coahuila, y Estampas de la Revolución Mexicana, con 85 grabados, entre los que destaca: El resultado de una pastoral. El levantamiento cristero de Arturo García Bustos de 1947. Por otra parte, entre los carteles, destaca también el de García Bustos ¿Tú que has hecho por las conquistas por las que nosotros dimos la vida?, acompañado de una excelsa imagen de Emiliano Zapata, quien con el índice de la mano derecha señala a los detractores.
El catálogo aborda una amplia variedad de temas trascendentes en la historia de este conglomerado de artistas, que ha sido ejemplo no sólo para la organización gremial de un grupo de pintores nacionales sino, de la misma manera, para los gremios internacionales.
Su fin está marcado por diversos acontecimientos que fueron desgastando al TGP. Entre otros, el haber lucrado con las estampas que debían permanecer como parte del acervo de la agrupación. Esto llevó a varios miembros a interponer una demanda ante la entonces Procuraduría General de la República, la cual no prosperó. En 1973, el TGP entregó a la Academia de Artes una parte de su archivo, consistente en 3 558 estampas y 62 carteles. Y, para culminar apunta Helga Prignitz: “Lo que queda en el archivo permanece bajo resguardo de la asociación civil, no se cuenta con un registro de los inventarios ni está disponible para su consulta pública.”(5) Por lo que consignamos un caso más que debe atenderse, para salvaguardar el acervo artístico del Taller de Gráfica Popular y dar fin a los turbios manejos de particulares, que se adueñan del Patrimonio Cultural de México.
Encabezado por Leopoldo Méndez, Pablo O´Higgins, Luis Arenal y Raúl Anguiano, a quienes más adelante se unieron Ángel Bracho y Alfredo Zalce, este gremio de artistas sembró desde su origen la semilla que germinaría en la unión de un amplio grupo de grabadores comprometidos con las luchas sociales de México y el mundo.
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