La descentralización de los acervos fotográficos de carácter histórico
Posted on 27 agosto, 2014 by cenidiap
Eleazar López Zamora
[Originalmente publicado en Alberto Tovalín (ed.), Crónicas Fotográficas. I Foro México Estados Unidos, México, Instituto Veracruzano de Cultura, Universidad Veracruzana, Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, 1996.]
Hablar de descentralización es hablar de uno de los problemas más candentes a los que se enfrenta hoy el país y uno de los factores más señalados de causar el terrible desequilibrio político económico y cultural entre la capital y las demás entidades. Hablar de descentralización y no sólo de la cultura, es hablar de algo que no se ha dado sino por excepción y de manera aislada, más bien se ha tratado de casos en los que los protagonistas de estas acciones han interpuesto sus proyectos y necesidades y los han apoyado con terquedad.
Si pudiéramos hablar solamente de fotografía, y de la fotografía de carácter histórico que resguardan los archivos o las pequeñas colecciones particulares, hay que decir que en la mayoría de los casos no se ha dado una descentralización sino un fortalecimiento de las condiciones de guarda, manejo y difusión de las colecciones regionales con o sin el conocimiento y apoyo de la federación.
1. Causas de la descentralización: ¿existe hoy una voluntad política de extender los programas culturales a los estados? Hay respuestas en cualquier sentido; es decir, no hay una línea precisa que guíe las acciones de las instituciones encargadas del resguardo del acervo cultural.
A pesar de la obviedad que plantea la crisis política actual, en el sentido de extender el ámbito de decisiones y participación a núcleos cada vez más amplios de la sociedad no se da en la práctica esta política de extensión. Si pensáramos simplemente en que los problemas que plantea una sociedad con graves carencias pueden paliarse cuando se hacen llegar a la sociedad algunos elementos que dejan intocados los privilegios de la minoría pero se reparten con cierta amplitud servicios y prestaciones como los culturales, deportivos y aún de mera distracción.
El poder político tan férreamente cimentado en el centro, no se ha resquebrajado tanto como en la actualidad, gracias a que ocasionalmente algunos políticos inteligentes hicieron participar a los grupos del interior en decisiones y proyectos, que aunque no fueran fundamentales, por lo menos desenfocaban la desigualdad.
Es así que hay avances en las áreas culturales: INBA o en su caso los institutos estatales de bellas artes, INAH en sus centros estatales, SEP con la estatalización de sus delegaciones, Conaculta y la creación de los Consejos estatales para la cultura y las artes, ISSSTE-Cultura que ha contratado eventos culturales desde el centro para enviarlos a los estados. De la mano de la eterna pelea por el control político regional ha avanzado a regañadientes una desconcentración más administrativa que política y cultural.
Dentro de este carácter dual y desordenado avanza también el reconocimiento de las necesidades de resguardo del patrimonio. A la par que la política ideológica y cultural del sistema mexicano ha instrumentado lineamientos como la integración y la unidad nacionales que se han traducido en la filosofía de lo mexicano, el indigenismo, la cultura nacionalista, el apoyo al folclor, el rescate de lo mexicano, se ha avanzado de paso en hacer reconocer a la clase política y administrativa, la necesidad de proteger el an y fomento culturalesfusiha desoocumentos y tradiciones totalmente desprotegidos y solamente preservados por la buena voluntad mplmplísimo patrimonio cultural durante tanto tiempo semiabandonado: así no había zonas arqueológicas, sino ruinas arqueológicas, construcciones religiosas en franco deterioro y una gran cantidad de piezas, documentos y tradiciones totalmente desprotegidos y solamente preservados por la buena voluntad y sentido de algunos grupos o personas.
2. Factores técnicos: si el centralismo ha desoído las razones de índole básicamente política, sus lineamientos de difusión y fomento culturales, a las razones de orden técnico, menos apremiantes y amenazadoras, prácticamente ha sido sordo. Las dificultades que plantea una ciudad monstruo: como los largos tiempos de transporte y la inseguridad vienen aparejadas con las verdaderas amenazas que constituyen para cualquier colección histórica o artística los factores medio-ambientales: la contaminación, los ácidos que si corroen la piedra de los monumentos, pueden en mayor medida destruir las delicadas piezas fotográficas, química y físicamente endebles, los grandes altibajos en temperatura y humedad ambiente sólo pueden ser paliados con maquinaria de control ambiental extremadamente cara si se toma en cuenta lo reducido de los recursos puestos a disposición de los archivos. Por último no deja de ser preocupante que en medio del hacinamiento sigan creciendo y fortaleciéndose grandes colecciones sin tomar en cuenta el alto riesgo que representa la sismicidad de la ciudad de México.
Desde hace ya muchos años se esperan decisiones técnicas fundadas y menos definidas por intereses burocráticos, que reubiquen las colecciones históricas en ciudades medias cercanas y no en la capital, ciudades con factores medio-ambientales favorables, no sísmicas ni extremadamente sensibles a los fenómenos naturales adversos a las colecciones. Decisiones cada vez más cercanas debido al desarrollo tecnológico y a nuevos medios de difusión que invalidan el razonamiento de inmediatez espacial colección-usuario.
A lo anterior se sumaría la receptividad de funcionarios estatales para empezar a crear una vida cultural que detenga el círculo vicioso emigración por carencia de perspectivas, carencia de perspectivas por inmigración. Así como la extremada dependencia y desigualdad capital-provincia.
El caso de la Fototeca del INAH
Relámpago en cielo despejado
· En los setenta todavía no hay agudización de causas políticas para descentralizar.
· No hay una política cultural definida.
· No se ha forzado la elasticidad de dar lo que sobra en la capital a los estados.
· No hay conciencia de las dificultades materiales técnicas que plantea un archivo tan delicado en la capital.
· No hay antecedentes que orienten esta decisión.
· Además del precio de adquisición, no hay idea clara de cuanto puede costar la puesta en marcha, no de una bodega, sino de un archivo gráfico de ese calibre.
No obstante:
· Hay una petición estatal. A mediados de los años setenta, un grupo de investigadores hidalguenses solicitó al Presidente de la República el apoyo para crear la casa de cultura estatal, como respuesta obtuvieron la proposición para llevar a Pachuca el Archivo Casasola, que entonces el gobierno federal estaba a punto de adquirir.
· El INAH, institución que tiene como encargo la custodia de los bienes culturales de carácter histórico, recibió también este acervo, mismo que instalaría en el ex convento de San Francisco, después de la remodelación que realizara en el inmueble la entonces SAHOP. Pare ello encargó a un grupo de arquitectos y restauradores que investigaran las condiciones de guarda de fotografía en archivos del exterior e hicieran una propuesta de equipamiento para el edificio de San Francisco.
· Y la fundación del Archivo Histórico Fotográfico. Con estos antecedentes se fundó a fines de 1976 el Archivo Histórico Fotográfico, teniendo como colección fundadora el Archivo Casasola, al que posteriormente se unieron otras 23 colecciones que estuvieron en manos de las dependencias del INAH que les dieron origen, así como otras que fueron adquiridas o recibidas en donación. Al enriquecimiento de la colección siguió la denominación más precisa de la Fototeca del INAH.
Avances
· En la Fototeca Romualdo García, en Guanajuato, ya existen las condiciones mínimas de seguridad para la colección, hay una bóveda con clima controlado, gavetas, guardas neutras, y el catálogo de la colección está casi listo para integrarlo a la base de datos. Cuenta con una sala de exposiciones temporales que en forma constante ofrece muestras de la colección dentro del Museo de la Alhóndiga. Se cuenta con personal capacitado en las áreas de trabajo.
· En la Fototeca Pedro Guerra de Yucatán, desde hace ya bastante tiempo se ha trabajado paulatinamente para tener una bóveda con las condiciones ambientales que el clima de la región exige, se tiene una gran experiencia en la reproducción de originales, incluso sin contar con el equipo más apropiado, hay un catálogo automatizado, en proceso, con texto e imagen en pantalla y para la difusión del acervo realizan exposiciones temporales y publicaciones. En forma paralela y por parte del INAH se ha destacado ya a un fotógrafo para integrar las colecciones del centro INAH en el estado, y a fines del año pasado se realizó en Mérida un encuentro taller para los fototecarios conservadores de la región.
· En la fototeca García Payón en Veracruz, existe ya un lugar específico con clima, para la guarda de las imágenes, existe ya un catálogo en hojas de registro catalográfico de la colección y a finales del año 1994 se aprobó una partida para la compra de equipo de laboratorio de reproducción.
· En Baja California Norte, Chihuahua, Nayarit, Durango, Morelos, Tabasco y Yucatán dentro de los centros INAH estatales se ha comenzado a formar la colección mediante el acopio de las imágenes, producto del trabajo de esos centros, así como mediante compra, copiado y reproducción de imágenes en manos de particulares. Durante el año pasado se organizó en Pachuca un encuentro de fototecarios y fotógrafos encargados de la custodia de materiales fotográficos. En algunos de esos centros ya hay personal dedicado exclusivamente al cuidado de las imágenes y los trabajos de conservación, catalogación, reproducción y difusión ya están arrancando.
A los 19 años: El relámpago en cielo despejado puede ya marcar una alternativa para el cuidado de las colecciones fotográficas de carácter histórico en condiciones más favorables.
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