Babel. El lenguaje visual de la ciencia ficción
Posted on 28 septiembre, 2023 by cenidiap
Laura González y Matute
Bajo el sugestivo título de Babel, el pasado mes de abril de 2023, se reunieron en la Galería Oscar Román, catorce artistas contemporáneos. La muestra, dividida en dos apartados incluyó: obras de Arturo Arvizu, Jorge Luna y Arturo Márquez, en el primer apartado. En el segundo, en la parte posterior de la galería.
La muestra entabló diálogos visuales con referencia a conceptos bíblicos, cósmicos, matemáticos y filosóficos, así como cuestionamientos existenciales y propuestas de realidad virtual, derivadas de la inteligencia artificial[1] y el metaverso[2].
La Torre de Babel [3] fue el pretexto que se hizo presente, si no en todas las obras, sí, en el replanteamiento del imaginario colectivo que le otorgó su razón de ser: Confrontar a la divinidad, lograr lo inalcanzable. El relato del Genesis, sustentado en el surgimiento de la multiplicidad lingüística y en representar el fracaso del orgullo humano, da lugar, en las propuestas plásticas de la muestra, a forjar universos quiméricos que se filtran a través de ideales, incógnitas y deseos subliminales, los cuales invitan a tornar la mirada hacia el cosmos, transfigurándolo en un paraíso, contrapuesto a la deshumanización y destrucción que ha sufrido el planeta tierra por el hombre.
Ya en 1563, Pieter Brueghel el Viejo, había creado su inigualable Torre de Babel, la cual como se ha dicho, funge como inspiración para esta muestra. Hay que señalar, que este tema se ha representado desde siglos atrás, hasta nuestros días, en un gran número de obras como lo es, un pergamino fechado en 1370, hasta la Biblia y la misma torre de Babel por Anthony Browne en Willys pictures en 2001[4], obras que muestran de qué forma, a través de la historia del arte, se han puesto en evidencia la inquietud y consternación de los pintores, para representar aquella construcción que pretendía alcanzar la bóveda celeste, y que dio como resultado, el origen a la confusión de las lenguas.[5]
Las diversas creaciones artísticas en la historia universal del arte, nos han conducido a un universo múltiple, cuyo origen surge a partir de la creación de las pinturas rupestres como símbolo de la imaginería mágica, pasando por un sinfín de propuestas milenarias, hasta la representación de los dioses del Olimpo corporeizados en la estatuarias del mundo clásico, para más adelante transfigurarse en hieráticas y solemnes formas del arte medieval, y, así, alcanzar la belleza excelsa del Renacimiento, el cual, desembocó en los modelos barrocos y neoclásicos que dieron paso al arte moderno y contemporáneo, cuyas imágenes forjarán la creatividad del entorno modernizante en la representatividad de la posmodernidad del siglo XX.
En este caso, la muestra Babel se propone, como una oferta trans material y objetiva, ubicarnos en el siglo XXI con su carga cibernética y espacial, en la cual, las realidades virtuales e inmersivas, toman la palabra.
Los artistas, acuciosos y dinámicos, creadores de mundos utópicos futuros, resultado del avance de la ciencia cósmica y emparentados con el despliegue de la ficción, la inteligencia artificial, hasta el metaverso, invitan a recorrer, a través de sus lienzos, viajes siderales, espaciales y oníricos, como uno de los máximos afanes del hombre, quien, sobre la tierra, observa el cosmos, como la gran metáfora de evasión, libertad y bienestar, estados anímicos que le han sido arrebatados a causa de las acciones bélicas, la destrucción ecológica y las pruebas nucleares, entre otras, para derivar, dentro del entorno humano, en trastornos del estrés, procedentes de la vida superficial y material que da paso a la competitividad, el síndrome de la adicción al trabajo o workaholics, la sobre carga laboral o burn out y las crisis existenciales.
En referencia a las corrientes plásticas, los artistas recurren a las paletas del surrealismo, la pintura metafísica, el op art, las tendencias neorrealistas y las alusiones neoclásicas y barrocas, las cuales parecieran remover las conciencias de los creadores para ofrecer una multiplicidad pictórica, donde la forma, la proyección cromática y el espacio expansivo, se propagan hacia la confluencia de una naturaleza trans-humana.
En la exposición, la mayoría de los cuadros, nos reubican en hábitats inmersivos, donde el astronauta y su ecuménico espacio, nos embelesa, para introducirnos en una realidad fantástica, plena de cargas histórico-futuristas que prometen bienestar.
En este caso, la obra Babel el encuentro de 2023, realizada al alimón entre Arturo Arvizu, Jorge Luna y Arturo Márquez, atraen la mirada hacia el busto de un rostro clásico que se refleja bajo los canales venecianos, al tiempo que un astronauta sostiene su cannabis dorada y porta en el pecho una insignia del amor. En el segundo plano, a la derecha del cuadro, un misil bélico y la Torre de Babel están presentes, ante un cielo azul, donde una nave futurista, acompañada de esferas celestes, se encamina hacia la Torre, en cuyo cenit convergen, seguramente, la abstracción de las lenguas, que causaron el caos y la dispersión de las razas.
En Camino a Babel, de Arturo Arvizu y Arturo Márquez, las metáforas del universo contemporáneo, contrapuestas a las arenas del desierto y el lento paso de los camellos, contrastan con la salida de una joven contemporánea que surge del submundo del Underground coronado por un helicóptero inmerso en una tormenta de arena. Estos contrastes discrepan ante la opulencia de un órgano eclesiástico que pareciera imponerse, frente a las discordancias étnicas del mundo industrializado.
Espiral, 2023. En esta obra, no deja de sorprendernos la imagen de la parábola, donde dos serpientes, emblema de la sabiduría y el poder, se emparentan con el conocimiento, a través de una semi-escalinata de libros que surgen de los reptiles en forma de abanico ascendente, el cual los traslada hacia la máquina de escribir (símbolo de la revolución industrial y desarrollo del siglo XIX). El despegue de una nave espacial, en el centro del cuadro, se complementa con un cielo al tiempo que claro y diáfano, nebuloso y abigarrado, de tonos rosáceos, azules y ocres, pleno de aves emparentadas con el cohete galáctico. El paisaje del primer plano, remite, seguramente a los textos literarios, científicos y astronómicos, que enmarcan el conocimiento humano.
En Terciopelo Azul, de Arturo Márquez, los cascos espaciales colocados como pareja sobre un sofá barroco, parecieran evocar un diálogo entre un dúo cósmico.
Nuevamente Márquez, en su obra El vals de las naciones, muestra un amplio salón versallesco embaldosado con un piso de mapamundi, invadido por diversos carros chocadores bómper, que simulan, ya no, países en conflicto, sino, ahora, en un acto lúdico de naciones que conviven en movimiento.
La obra Cuarto de Máquinas del mismo autor, otro espacio palaciego, remite a una supuesta turbina de aeronave que se dirige desde el cielo hacia el interior. Rondada de angelitos, seres puramente espirituales, incorpóreos y mensajeros de la divinidad; se congregan en diversos espacios, para, complementados de herramientas, como una llave de tuercas, auxiliar a la turbina, al extender y acomodar un cable, que forjará la rotación y flujo del trabajo mecánico.
Arturo Arvizu, lleva a cabo una secuencia romántica/familiar bajo los temas de Cortejo, Propuesta, Beso, Él y Bus stop y otros temas alusivos a la tranquilidad, el bienestar y la comodidad, en los que planeta el idílico abraza a los terrícolas que han abandonado la tierra para lograr el anhelo del subterfugio, al trasladarse a mundos extraterrestres apacibles, plenos de complacencia. Sus alusiones a los personajes, sustentados en la literatura de ficción y en la cinematografía, pasando desde Solaris de Andrei Tarkovski (1972), a 2001 Odisea del espacio de Stanley Kubrick (1968) o, a Gravity de Alfonso Cuarón, (2013), nos muestran el imaginario terrícola contrapuesto al idílico hábitat cosmogónico.
Jorge Luna en Una lección de esferología, sustentado en la forma posmoderna de la filosofía del lenguaje, en su variante no representativa, propone una magnitud dual o bipolar que hace posible una forma de realidad circunscrita a la esencia del lenguaje. Mediante el uso de lentes circulares que proyectan un rostro en diversos ángulos y reflejos y, sobreponiendo espejos cóncavos que distorsionan la realidad, el autor, pareciera representar, a través de éstos, la variabilidad de los lenguajes.
Así también Jorge Luna en la Incursión del caos, logra, mediante la texturización y efectos cromáticos, la interferencia visual de la distorsión provocada por los patrones de las rejillas. Una especie de distensión que se ha proyectado de tiempo atrás en ondas fluctuantes.
En el segundo núcleo temático, se congregan, entre otros artistas, Mónica Rangel, cabe apuntar (la única mujer en la muestra), Jorge Sánchez Mejorada, Juan Carlos Jaurena, Jesús Harada y Miguel Ángel Grisi, entre otros. En este espacio, nos encontramos con obas realizadas bajo diversas técnicas, como acuarela, arte objeto, mixtas sobre tela, acrílico sobre madera, óleo sobre vidrio, óleo sobre madera y vidrio y otras más, así como fotografías.
En este rubro, la fotógrafa, Mónica Rangel, nos invita a recorrer, mediante varias obras realizadas con base en la fotografía digital, la experiencia del Metaverso, titulando así, dos de sus creaciones. En éstas, la artista expone figuras femeninas en color, que utilizan lentes VR o gafas de realidad virtual, las cuales recrean visiones en tercera dimensión. Los lentes, colocados directo a los ojos, dan la impresión de que las cosas son reales y que se puede interactuar como en el mundo real.
Por su parte, Jorge Sánchez Mejorada en La torre de Babel recrea la desintegración de ésta en cuerpos geométricos que parecen flotar y elevarse en un espacio ingrávido.
En la Fractura de Mr. P, el artista, descompone la figura en varios planos en un intento por visualizar la estructura ósea del hombre, al tiempo que emite un grito.
Las múltiples propuestas de Luis Uribe, Javier Avilés, Carlos Rivera, Enrique López Pacheco y José Manuel Sánchez, muestran la diversidad técnica colorística y formal en donde la trans-modernidad y el uso de las nuevas tecnologías, se exponen frente a las propuestas innovadoras del siglo XXI.
Así, la muestra, Babel, recrea un mundo imaginable e inimaginable, donde la realidad y la ficción, sustentados en los procesos digitales, se unen, para brindar, mediante un sin fin de proyecciones ultrafuturistas, respaldadas en la cibernética, la realidad virtual, el metaverso y la ciencia ficción. Resulta así, una experiencia trans-artística, la cual, alejada de las constantes del arte universal, parecieran abrir universos que transportan a la recreación de una nueva fase creativo-digital y cibernética, en la cual, los pintores, intentan conmover, a través de las nuevas tecnologías y la Inteligencia Artificial, motivaciones visuales y cromáticas, a fin de ofrecer experiencias donde el espectador conviva con las interrogantes del cosmos extrasensorial.
[1] La inteligencia artificial (IA), en el contexto de las ciencias de la computación, es una disciplina y un conjunto de capacidades cognoscitivas e intelectuales expresadas por sistemas informáticos o combinaciones de algoritmos cuyo propósito es la creación de máquinas que imiten la inteligencia humana para realizar tareas, y que pueden mejorar conforme recopilan información. Schank, Roger C. (1991). «Where’s the AI» AI Magazine (en inglés) 12 (4): 38. Schank, Roger C. (1991). «Where’s the AI» . AI Magazine (en inglés) 12 (4): 38.
[2] Metaverso: es un concepto que se refiere a un espacio o mundo virtual o digital, más allá del universo que conocemos, donde las personas pueden interactuar como avatares en 3D con otros usuarios y elementos del entorno, sin las limitaciones físicas o económicas del mundo real. «Web Archive of IEEE VW Standard Working Group» (en inglés). 8 de junio de 2014. Archivado desde el original el 8 de junio de 2014. Consultado el 29 de enero de 2016. Consultado 6 de agosto de 2023.
[3] Babel (Torre de). En el libro del Génesis, se identifica como la Torre que edificaron los descendientes de Noé, después del diluvio. Su propósito era llegar al cielo. La Torre se ubicaba en la antigua Babilonia, cerca del Río Éufrates, hacia el año 2250 A.C. Ante este hecho Dios se enfureció con los hombres por su osadía y desobediencia y decidió confundir sus lenguas de tal forma que no se entendieran más entre ellos. Por tal motivo, los hombres se separaron y poblaron la tierra por diversos lugares, al mismo tiempo que crearon gran número de lenguas. Diccionario Enciclopédico Universal, Madrid, España, Ed. Cultural, Polígonos Industrial Arroyomolinos, 2000, s/n/pág.
[4] En el libro de Willy Chimpancé, se reproducen diversas obras de la historia del arte universal como la Mona Lisa de Leonardo Da Vinci, El nacimiento de Venus de Sandro Botticelli así como La Biblia y la Torre de Babel, entre otras. (549) Willy’s Pictures by Anthony Browne (STORY LAB – Read Aloud) – YouTube
[5] El libro de Génesis de la Biblia judeocristiana afirma que la Torre de Babel fue construida en Babilonia en la llanura de Sinar por los descendientes de Noé. La torre fue construida para llegar al cielo, cuya construcción enfureció a Dios, por lo que la detuvo dando a los constructores diferentes idiomas y dispersándolos por todo el mundo. La historia, posiblemente inspirada en la caída de la famosa torre del templo de Etemenanki, se utilizó para explicar la diversidad étnica de la población mundial. Babel se deriva de la palabra acadia bab-ilu, que significa «puerta de Dios». La torre de Babel: historia y leyenda – SobreHistoria.com. Consultado 4 de abril de 2023.
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