¡Catástrofe felina en QiPO Fair!
Posted on 27 febrero, 2023 by cenidiap
Amadís Ross
Entre todas las cosas de las que nos privó la pandemia destacan ferias y bienales, por lo que no sorprenden las fanfarrias con las que fue recibida la Semana del Arte que inundó la capital mexicana del 6 al 12 de febrero de 2023. Galerías, curadores, comunicadores y marchantes se afanaron buscando colocar obras y creadores en la conocida batahola que acompaña el arte contemporáneo. Entre la voluminosa oferta que engalanó la urbe me interesó una sección en particular: CATastrophe, incluida en la Feria QiPO. ¿Artífices japoneses y mexicanos reunidos en torno a la figura del gato? Imposible resistir.
En un edificio que todavía no termina de remodelarse ubicado justo frente al Palacio de Cobián, oficinas del secretario de Gobernación federal, entre trabajadores de la construcción y extranjeros de atuendos refinados se realizó la Feria QiPO, que presenta, según palabras de sus organizadores, iniciativas dirigidas por artistas, espacios dirigidos por artistas, colectivos de arte, espacios alternativos y de proyectos para mostrar la obra de sus creadores (https://www.qipofair.com/
Había tantas piezas recién salidas de los talleres que prácticamente olía a pintura fresca. La selección felina que había capturado mi interés se encontraba en una de las múltiples salas, donde esperaba el curador de CATastrophe en persona: Ei Kibukawa (癸生川栄), codirector de la galería eitoeiko (https://www.instagram.com/eitoeiko/) y seguidor de la idea de que el arte contemporáneo debe cuestionar al mundo con el fin de impactar y mejorar a la sociedad (https://www.anonima-studio.com/the-work-opens-us-wa/hiraku-shigoto-wa01.html).
Por cierto, la galería eitoeiko puede encontrarse en las empinadas calles de Kagurazaka, Shinjuku, es decir, en el corazón político y cultural de la populosa Tokio. Kagurazaka es un barrio conocido entre otras cosas por haber sido la residencia de Natsume Sōseki, escritor de destacada finura que supo retratar mejor que nadie al Japón de finales de finales del siglo XIX y principios del XX. Vale la pena revisar la página de eitoeiko para darse una idea de lo que trae entre manos; además se puede constatar que suele incluir artistas mexicanos, ya que el arte mordaz no está circunscrito a una sola cultura: http://eitoeiko.com/project.html.
Por supuesto CATastrophe trata sobre gatos, en específico cómo los felinos señalan y superan las catástrofes del mundo. Mucho podemos aprender de la serenidad y versatilidad felina al momento de enfrentar la pandemia por todos conocida, el consumismo ciego, los tabúes sexuales o las formas en las que el copyright limita la creatividad. Esta es, posiblemente, la reflexión que pretende hacer Ei Kibukawa al escoger estos artistas y estas piezas.
De entrada uno se topa con las esculturas en hierro forjado de Takehiko Fuji (藤井健仁) (http://www.takehito-fujii.com/), que representan gatos en diferentes posiciones. Propensos a emitir mensajes, uno de los felinos lleva como título Si basta con señalar para hacer una obra de arte, es animismo (If just pointing is enough to make a work of art, it is animism). Otro de ellos asegura que podrá ser un gato, pero que tú, o sea el espectador, eres parte del Congreso para la Libertad Cultural (CCF por sus siglas en inglés), un grupo fundado en 1950 por la CIA en Berlín del Oeste para promover el anticomunismo.
Por su lado, la mexicana Ileana Moreno (https://www.instagram.com/paaru_pinku, http://www.ileana-moreno.com) presenta una pintura de la Coatlicue llamada Kowatlikue con motivo, y esculturas hechas con plástico derivado de maíz que representan deidades mexicas Catzpapalotl, Cihuacatl y Xochicatzal retratadas como manekineko, los “gatos que saludan” que muchos comerciantes suelen poner en sus negocios. Más allá de la búsqueda estética, es interesante cómo en su obra Moreno borda entre las culturas japonesa y mexicana, ejercicio que proviene de un auténtico interés en el tema.
El artista nipón Marimos (マリモス) (https://bijutsutecho.com/artists/2421) está presente con una serie de pinturas y collages llamada Chimera cat, en las que mezcla fragmentos de diversos felinos de la cultura popular como Garfield, Doraemon y Félix para darnos criaturas nuevas, que nos miran con un dejo burlón e inalcanzable, en parte debido a su condición de gatos y en parte porque los íconos de las industrias culturales no son realmente nunca nuestros.
El chiapaneco Alejandro García Contreras (https://www.instagram.com/alejandrogarciacontreras/) exhibe dos platos de cerámica que hacen referencia a la conocida serie televisiva animada Sailor Moon, y en los que explora la sexualidad siempre presente, al punto de ser una de las fuerzas principales que motivan a los espectadores a continuar mirando el programa, pero nunca explícita debido a tabúes y a una clara estrategia publicitaria. En Sailor Venus tenemos a esta guerrera fantástica gozando de un placer dosificado por ella misma, y en Venus, Mercurio y Luna vemos a las sailor scouts gozando muy al estilo del arte erótico que acostumbra el manga japonés.
Kibukawa decidió mostrar esta última pieza junto con Feline Coronavirus #2 de Hitomi Ikeda (池田ひとみ) (https://bijutsutecho.com/artists/2420), obra tejida con motivos del virus SARS-CoV-2 que se impregnó de resina para formar una estructura rígida que representara un gato en actitud curiosa. Al poner juntas las piezas de García e Ikeda se genera un juego entre el virus y el placer, la artesanía y el arte, lo que sin poder verlo está presente, y lo que para estar presente debe permanecer oculto.
La creadora Kaoru Furuya (古屋郁) (https://www.instagram.com/wanitulip/) participa con tres obras que apelan a la evanescencia de los gatos, que esgrimen su aparente indiferencia para despistarnos sobre quiénes son y qué quieren realmente.
El último artista presente es Mitsuhiro Okamoto (岡本光博) (http://okamotomitsuhiro.com/), creador de larga trayectoria con un constante interés en el consumismo y lo que podríamos llamar la estética de la publicidad y los medios masivos, así como una preocupación profunda por los problemas sociales y creativos que conllevan las cada vez más restrictivas legislaciones sobre los derechos de autor y el copyright. Para ello suele crear obras que provoquen al espectador e incluso a los dueños de los derechos de los personajes y marcas que suele plasmar. En CATastrophe participa con tres piezas: DOZAemon (Tokai-an), una instalación que representa un jardín de piedra zen y figuras del gato robot Doraemon con leds en el trasero, una pieza de la serie Recycling Kills the Copyright, que busca esquivar los derechos de autor modificando lo suficiente productos comerciales pero sin que se deje de entender qué son, y El Pato, escultura derivada de la serie BATTAmon que sufrió censura ante las presiones de la firma Louis Vuitton.
Mitsuhiro Okamoto, DOZAemon (Tokai-an), instalación.
Recordemos que uno de los libros más conocidos del antiguo vecino de la galería eitoeiko, Natsume Sōseki, es Yo, el gato. Esto que confirma que, después de todo, los felinos estaban presentes en el alma del curador incluso antes de que fuera invitado a México y decidiera mostrar que, en efecto, se puede aprender de estos pequeños animales sobre cómo tomar acciones ante las catástrofes del mundo.
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