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De mujeres y otros relatos fantásticos en el Museo José Luis Cuevas

Posted on 30 junio, 2024 by coordinv

Carlos-Blas Galindo
Cenidap/INBAL

 

 

Entre el jueves 26 de octubre de 2023 y hasta el domingo 26 de noviembre de ese mismo año, se presentó en el Museo José Luis Cuevas de la Ciudad de México, la exposición colectiva De mujeres y otros relatos fantásticos, la cual estuvo integrada con obras del amplio acervo artístico de la Galería Arte Contemporáneo San Miguel de Allende. Estaba previsto que la clausura ocurriera el domingo 5 de noviembre de 2023; empero, debido a la amplia afluencia de públicos con la que contó, continuó siendo expuesta durante tres semanas más (pagaron boleto de ingreso poco más de dos mil 600 personas). El título de esta amplia muestra, deliberadamente ambiguo y a su vez provocador, alude a la producción, difusión y consumo de imágenes de mujeres en las artes plásticas y visuales en Occidente, y en específico en el contexto del medio cultural mexicano, independientemente de que las autorías de las citadas imágenes sean de mujeres o de hombres.

 

 

6 Therius Allan Zaragoza, Portada Memoria (2)

 

 

Asimismo, ese título, ubica (o reubica) en contexto y actualiza la subsistencia actual de la noción de arte fantástico en nuestro país. Empero, aquello que resulta de la mayor relevancia es el hecho de que las personas responsables de una galería privada de arte hayan decidido reunir una colección de obra plástica, constituida por ejemplos de piezas de artistas para quienes esta galería trabaja. Tales personas están encabezadas por Héctor Gómez, quien ejerce la dirección general de la Galería Arte Contemporáneo.

 

 

Existen casos destacables de colecciones reunidas en galerías de arte. Sylvia Navarrete, en la memoria publicada con motivo de esta colectiva, menciona con acierto la relevancia de los acervos de la Galería de Arte Mexicano (que incluyen trabajos que van desde los años 30 del siglo pasado y hasta la actualidad); las formidables piezas que de Francisco Toledo se tienen en la Galería Arvil (a lo que yo agrego las obras de Enrique Guzmán que se encuentran ahí mismo), así como las fotografías vintage que se resguardan en la Galería Ramón López Quiroga. Empero, aquello que cabe resaltar sobre el acervo de la citada Galería Arte Contemporáneo es su heterogeneidad. Por eso mismo, es preciso destacar el riesgo que su personal directivo asumió para exhibir en el Museo Cuevas la colección que ha reunido, misma que fue montada con inteligencia, sensibilidad y esmero. El museógrafo Manuel Alegría, quien como conocedor de los espacios del museo sede, superó exitosamente numerosos retos, como la diversidad estilística a mostrar y la desemejanza de las dimensiones de las piezas a exhibir).
Esta osadía permite confirmar que en la Galería Arte Contemporáneo se tiene conciencia respecto a que, desde la época de las nuevas vanguardias (los años sesenta de la pasada centuria) y con un indiscutible énfasis desde los ochenta (que coincide con la etapa posvanguardista en historia del arte), el papel de las galerías para estimular el mercado artístico es determinar la artisticidad de las obras que exhiben. Esta tarea no se realiza únicamente en sus locales, sino sobre todo en las ferias de arte, en beneficio de lo que es conocido como mainstream la concepción hegemónica que impera sobre lo artístico).

 

 

Como a Sylvia Navarrete, también a Erik Castillo, a Arturo Joel Padilla Córdova, a Andrés de Luna, a Gabriel Santander y a mí nos fueron encomendados textos para ser incluidos en la memoria impresa de la colectiva De mujeres y otros relatos fantásticos, así como para reproducirlos como textos de sala en el Museo José Luis Cuevas. Comparto enseguida, con la anuencia por escrito de Héctor Gómez, el texto que elaboré con motivo de la exhibición de la multicitada muestra:
La representación de figuras femeninas en el arte occidental es muy recurrente. Aún cuando tal iconografía ha sido denunciada como discriminatoria por derivar de manera directa de los paradigmas de la organización social del patriarcado, su práctica no ha sido ni es exclusiva de artistas varones. En la presente exposición participan siete mujeres y once hombres, además de una persona que conserva el anonimato y por ende, con género desconocido. Varias de las artistas que ahora exhiben en el Museo José Luis Cuevas plasman mujeres en sus obras.

 

En cuanto al anonimato de quien firma «EH?¿», algo semejante ha sucedido con quienes son integrantes de la colectiva neoyorquina Guerilla Girls, que son una agrupación de artistas feministas que plantea como parte de su labor política y cultural el no revelar identidades ni género o géneros de las personas que la conforman. Como se sabe, esta colectiva es la responsable de haber visibilizado enfáticamente la ausencia de obras de artistas mujeres en museos y galerías de arte durante siglos e incluso hasta la segunda mitad de los años ochenta de la pasada centuria. Por otra parte, en esta muestra hay ejemplos del denominado arte fantástico, vertiente de la cual se han ocupado con lucidez Ida Rodríguez Prampolini, Hugo Covantes y más recientemente, Cristina López Casas.

 

En De mujeres y otros relatos fantásticos se exponen obras de artistas de varias generaciones, generaciones entendidas no estrictamente por las fechas de nacimiento de las personas que forman parte de ellas, sino como una serie de condicionamientos socioculturales que se reflejan s al momento de emprender sus respectivas carreras artísticas. De quienes exponen, tres personas nacieron en el decenio de los ochenta del siglo pasado, dos en los últimos años de la década de los setenta, y tres en la de los sesenta. Ocho nacieron a finales de los cuarenta o en los cincuenta, por lo cual comenzaron sus trayectorias en los setenta y forman parte de una misma generación. De igual manera se exhiben pinturas de un artista ya fallecido, José García Ocejo (1928-2019) y de un autor que nació en 1941, Luis Granda.
De la generación más joven, Claudia Huizar resuelve sus telas mediante la elección de opciones expresivas como la de una tipicidad que evade lo trivial, así como resalta lo sensual y lo placentero. Su lenguaje es de una figuración mimética, misma que ella trabaja con gran esmero. Huizar es una pintora que en sus obras representa mujeres y no sólo evita los cánones de belleza que imperan en Occidente, sino que los subraya.

 

Héctor Ornelas opta por categorías estéticas que pueden ir de lo irónico hasta lo sarcástico. Practica asimismo una figuración mimética, la cual ocasionalmente combina con alusiones al collage y para las cuales puede utilizar el procedimiento del esténcil. Marisela Peguero, por su parte, basa la fuerza expresiva de sus piezas en recursos como el de lo trágico y el de lo enigmático. Asimismo, su léxico es figurativo y sus escenas suelen causar elevados niveles de impacto en las sensibilidades de los públicos.

De las obras expuestas, las de Esmeralda Torres son las de mayor sutileza y en formatos no convencionales. Se trata de piezas que, sin ser consideradas como de una auto representación, son auto referenciales y suelen contener textos. Theriuss Allan Zaragoza resuelve sus imágenes en equipos de cómputo,y cuenta con una serie en la que hace citas o apropiaciones directas de la cinematografía. Recurre a las opciones expresivas de lo inestable y lo bello. Entre quienes exponen en esta colectiva, este autor es quien mayor eclecticismo estilístico presenta en su producción, lo cual es una de las marcas culturales de la presente época.

 

Resulta por demás reconfortante constatar que en De mujeres y otros relatos fantásticos existan ejemplos de la riqueza de las corrientes y los movimientos postvanguardistas; esos que comenzaron a tener vigencia cuando nacieron las y los artistas a los que hasta aquí me he referido. Hay Cutting Edge, aproximaciones a los desconstructivismos; hay manierismos, neoacademicismos, posmodernismos de pura cepa, post conceptualismos, post fotografía y destaca un muy intenso Pop resemantizado. Como se sabe, esta diversidad no siempre ha sido característica de nuestro medio cultural. Durante el “imperio” de la academia decimonónica, la dependencia de Europa fue un coloniaje difícilmente superable.

 

En la fase de las vanguardias de la primera mitad del siglo XX imperó un arte oficial que fue el nacionalismo, que fue de gran riqueza y mismo que coexistió con no pocas disidencias que incluso lo refrescaron. Asimismo coexistió con un Estridentismo que, si bien es cierto que tuvo una breve duración, fue la primera vanguardia endógena de Nuestra América. Durante las segundas vanguardias o neovanguardias, tampoco existió una tolerancia frente a la pluralidad de léxicos.En esta época fue censurada esa tendencia permanente del arte mexicano, la nacionalista. Asimismo, es importante reconocer que entre la producción artística de las personas que nacieron en los ochenta y que ahora exponen en el Museo José Luis Cuevas, no prevalezcan ejemplos de un arte complaciente frente a los gustos generalizados y, menos todavía, piezas que revelen alguna autocomplacencia ni superficialidad que está de suyo tan vinculada con las postvanguardias proclives al mainstream.
De la muy destacada gente sesentera que en esta ocasión es expositora, cabe recordar que sus lenguajes, si bien históricamente forman parte de la vertiente postvanguardista, al mismo tiempo mantienen fuertes nexos con sus predecesoras, las neovanguardias. Así sucede con Lifer, de quien se exhiben obras de una gran complejidad compositiva en la que elude a toda costa la simetría axial, a la que son tan proclives artistas de edades menores a la de él. Su uso del color resulta muy destacable, lo cual es sorprendente sobre todo dado que él ha decidido que su paleta sea reducida. Lifer eslabona con acierto recursos provenientes de la abstracción neovanguardista, junto con elementos de una figuración que, aún no siendo mimética, resulta de una intensa expresividad. Sus pinceladas, brochazos y líneas descuellan por haber sido aplicadas con destreza y seguridad. Rubén Maya, por su parte, se refiere de manera directa a la simbología de los ojos como órganos de la percepción sensible y asimismo de la percepción intelectual.Los explora como órganos receptores de la luz, pero no únicamente de la luminosidad física, sino como los ojos del corazón que son capaces de absorber la Luz espiritual; lo anterior, sin detrimento de las maneras como las personas ciegas acceden a lo intelectivo y a la espiritualidad.

 

En cuanto a lo estilístico, la producción de Maya coincide con la corriente postvanguardista denominada neoexpresionismo figurativo, la cual ha sido una de las de mayor empuje como parte de lo se conoce como posmodernidad y que ha devenido en una de las tendencias permanentes de la fase actual de la historia del arte. Flor Minor, tanto en gráfica como en escultura y pintura, representa a hombres desnudos, a personajes mitológicos o bíblicos masculinos sin ropa. A la vez, cuenta con ricas y profundas exploraciones compositivas y cromáticas con las que supera con mucho el riesgo del formalismo para devenir en pinturas conceptuales. Minor responde a su inquietud, la cual comparte con muchas personas más, acerca de los linderos de lo artístico en general y de lo pictórico en particular.

 

 

3 Flor Minor, Mar de serenidad, 2014, cuadríptico, grabado (2)

Flor Minor,
Mar de serenidad, 2014,
cuadríptico, grabado (2)

Siete son las personas expositoras que forman parte de la generación de los años cincuenta de la anterior centuria. El escultor Eduardo Beristain trabaja con un evidente virtuosismo piezas en las que resuelve figuras zoomorfas humanizadas, o bien a personajes antropomorfos con elementos del resto de la animalia. Como ya se ha afirmado, este artista consigue, en sus obras tridimensionales, representar exitosamente el movimiento. Jordi Boldó es un pintor que ha revisitado al informalismo, sobre todo al catalán y asimismo al estadounidense e incluso, con gran fortuna, al mexicano. Forma parte de este último como integrante de la segunda oleada neovanguardista. Su obra destaca, entre otras razones, tanto por su elegancia como por su rigor autocrítico y su osadía al replantearse de manera constante los elementos formales y compositivos a los que recurre. Alberto Castro Leñero ha arribado ya desde hace tiempo a una evidente madurez expresiva, la cual enfatiza con un reconocible atrevimiento tanto al pintar como al elaborar obras tridimensionales. De manera similar como les ocurrió a otras personas de su generación, Castro Leñero nunca abandonó lo que en los años ochenta se conoce como la pintura-pintura. Es un autor figurativo; en sus piezas escultóricas alude a estructuras orgánicas que pudieran asemejar a las de los manglares, un recurso que ocasionalmente cita en sus obras pictóricas.

 

 

1 Alberto Castro Leñero, Figura en escorzo, 2005, óleo sobre tela (2)

Alberto Castro Leñero,
Figura en escorzo, 2005,
óleo sobre tela (2)

 

 

Alonso Chimal es un autor que, a diferencia de muchas de las personas que son parte de su generación, se permite un cierto eclecticismo en cuanto a su léxico. En sus telas, siempre figurativas, puede yuxtaponer elementos de una figuración estrictamente mimética plena de detalles con otros asimismo figurativos, aun cuando menos apegados a la mímesis. En sus esculturas, también figurativas, recurre a estilizaciones más que al apego a lo “real”. Manuela Generali trabaja con acierto dentro de la gran corriente posmodernista del arte, y de ahí su eclecticismo estilístico. Es de resaltar el interés que ella ha demostrado por la representación de personajes de textos literarios que han sido dirigidos inicialmente a la población infantil.

 

5 Manuela Generali, Peter Pan, 2013, técnica mixta sobre tela (2)

Manuela Generali,
Peter Pan, 2013,
técnica mixta sobre tela.

 

 

Nunik Sauret es una incansable exploradora de las combinatorias formales, cromáticas y técnicas tanto en gráfica como en pintura. Dentro de su producción, son destacables sus telas en las que aborda ejemplos de la vegetación o de la animalia, no para “copiarlos” sino para apropiárselos y generar versiones plenas de creatividad, en las cuales prevalece su intensa exploración acerca de lo pictórico mismo.
Luciano Spanó es también un constante explorador de las amplísimas posibilidades de la pintura figurativa. Son dignas de encomio sus indagaciones sobre el claroscuro, sobre el color y sobre la composición; todas éstas colmadas de osadía a la vez que de una elevada destreza, en las que representa desnudos femeninos y masculinos. Luego de una serie en la que representó tijeras acompañadas por textos, y amén de su labor como autora de libros de artista, Magali Lara ha pintado flores, órganos reproductores del mundo vegetal con los que ella alude a lo sensual y, directamente, a la sexualidad.

 

 

4 Magali Lara, Aire, 2001, óleo sobre tela (1)

Magali Lara,
Aire, 2001,
óleo sobre tela.

 

 

Hay en, De mujeres y otros relatos fantásticos, obras de autorías de personas de la oleada neovanguardista fundacional, una generación a la que le correspondió sentar las bases de lo que hoy es el ambiente cultural mexicano pleno de pluralidad no sólo en lo formal sino sobre todo en los contenidos. Son características de la producción de José García Ocejotelas de un cromatismo exacerbado y de índole ornamental, mientras que la obra de Luis Granda resulta típica de la nueva figuración neovanguardista local, a la que él -y otras personas más- mantiene con vigencia. De la producción de la enigmática persona que firma «EH?¿», cabe resaltar que se trata de una formidable obra de la postvanguardia contracultural, para la cual cabe bien utilizar el término acuñado por Juan Antonio Molina de lo banal subversivo.

2 De la seie Sacudidas violentas del alma, Lazarus, Black Star, 2023, óleo sobre tela (2)

EH?
Lazarus – Black Star, De la serie Sacudidas violentas del alma, 2023,
óleo sobre tela.

 

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