Grabar es resistir. Homenaje a Rini Templeton

Posted on 26 abril, 2021 by cenidiap

Cristina Híjar González
 
 
Entre marzo y abril de 2021 y durante un mes, la exposición de grabados de Alfredo López Casanova se exhibió en La Resistencia. Se inauguró así el espacio cultural que integra, además de la galería, distintos colectivos: de artesanías, de café latinoamericano, de venta de semillas y harinas orgánicas, todo directo desde el productor, en la calle de República de Cuba 34, Centro Histórico de la Ciudad de México.
 
 
Kazanova, firma del escultor de formación profesional, presentó cincuenta grabados en linóleo, casi todos de pequeño formato, y cerca de quince “gritabocas” impresos en el plantón de familiares de desaparecidxs instalado en el Zócalo el año pasado. Organizados por núcleos temáticos, encontramos desde ejemplares de la revista trimestral Horizontes para el pueblo hasta la dimensión internacionalista con trabajos realizados en Barcelona y Argentina por la libertad de Lula y Milagros Sala, en apoyo a La Puya en Guatemala contra la minería devastadora; contra el criminal Piñera y los referidos a las caravanas migrantes centroamericanas. Presentes los dos grabados: ¿Dónde están nuestros hijos? y Somos memoria 43 que fueran reproducidos en carteles de impresión comunitaria para ser repartidos gratuitamente en las marchas por Ayotzinapa. Todo disponible en la página “Grabar es resistir” en Facebook, incluyendo un contundente video acompañante de la exposición realizado por Vicente Arista:
 
 
https://www.youtube.com/watch?v=oSFIEr-sKt4

 
 
Alberto Híjar realizó el texto “Grabar, organizar, resistir”, incluido como cédula de sala:
 
 

Al invocar a Rini Templeton, Alfredo López Casanova elogia y sigue la estrategia de comunicación popular que abstrae de la calle, la plaza, el monte y el trabajo, los cuerpos y sus atributos, para ponerlos en acción de resistencia y lucha. Hace esto Casanova con grabados en linóleo y algún dibujo a tinta en sus inicios. La representación de cuerpos, rostros y puños no remite a identidades precisas, salvo en retratos como el de Alexander Mora Venancio de la Normal Rural de Ayotzinapa identificado en el laboratorio de Innsbruck a partir de un pequeño fragmento óseo destruido en el análisis inaceptable por insuficiente. La palabra Justicia integrada como grabado, completa el sentido contestatario.
 
En los primeros trabajos gráficos de 1987 en el periódico en mimeógrafo Horizontes para el Pueblo, sobre el Grupo de Jóvenes del Barrio Polanco en Guadalajara, se advierte lo mismo un dibujo de cuerpos masculinos reunidos en el espacio, que la referencia al paisaje urbano con el busto conocido como El Mono que no es otro que el pintor Roberto Montenegro. No volvió a usar los detalles al evitar la narración a cambio de convocar, llamar a la acción, exigir justicia.
 
Los contrastes del blanco y negro son activados por los trazos del grabado e incluyen las palabras como parte orgánica de las imágenes. Hay un deliberado trabajo de técnicas artesanales como señal de autenticidad no industrial ni mercantil.
 
Lucha por el agua, contra el aeropuerto de Texcoco, sobre los migrantes, los desalojados, los desaparecidos, los presos políticos, las invasiones de las empresas constructoras, son los problemas urgidos de agitación y propaganda constante, clara y concisa. Hay apoyos a los 43+, a la candidatura de Marichuy por el Concejo Nacional Indígena, a la Constituyente Ciudadana y Popular, a fin de alimentar movilizaciones que a su paso ofrecen grabados en carteles, calcomanías, camisetas y mantas reproducidos bajo el régimen de copyleft.
 
Los grabados de Casanova, con C o K y Z, construyen identidades comunitarias gracias a recursos como el nombrado gritabocas con lemas grabados en el Zócalo, Centro Histórico de México, para difundir consignas para el plantón y la marcha como praxis estética unificadora de la producción libertaria, sus condiciones de reproducción y valoración comunitarias. La exposición de estos trabajos alude a la simultaneidad de las luchas como dialéctica constructora de la memoria histórica.

 
 

 
La exposición fue clausurada con un conversatorio con Alberto Híjar y Janis Coca. El primero compañero de andanzas de Rini, y la segunda investigadora de la extraordinaria exposición sobre la trabajadora gráfica aún presentada en la Casa del Hijo del Ahuizote (República de Colombia 42, Ciudad de México) y del amplio archivo de Rini que incluye cerca de diez mil dibujos, libretas de trabajo y documentos variados. Se habló de todo esto aderezado con emotivas anécdotas de los trabajos y afanes de Rini, de su disciplina y congruencia personal en su praxis político-estética de productora gráfica ejemplar. Por su parte, Kazanova compartió su acercamiento con el trabajo de la artista desde el inicio de su quehacer gráfico en Jalisco cuando cumplía tareas urgentes con trabajadores agrícolas, pescadores y colonos con quienes compartió lo aprendido en los folletos didácticos sobre distintos medios de comunicación visual en los que participó Rini.
 
 

 
Sin duda, la obra de Rini Templeton es un referente indispensable de la gráfica al servicio de los movimientos populares y las luchas sociales. Continúa circulando, muchas veces de manera anónima como lo han hecho otras grandes imágenes y símbolos entrañables que acaban por ser patrimonio colectivo por su contundencia visual y por su poder significante que rebasa tiempos y fronteras.
 
 

 
Kazanova homenajea a Rini con su trabajo gráfico constante, con su articulación práctica con muy diversos colectivos y luchas en curso, con su labor de promotor de iniciativas y proyectos tan importantes como Huellas de la Memoria. Aunque no se conocieron, comparte con Rini la presencia discreta pero efectiva, que va dejando huellas gráficas y organizativas a su paso. Praxis estética en el día a día, en la atención a los asuntos urgentes, en el servicio de su trabajo a justas causas para dejar testimonio gráfico de los tiempos infames pero también de las consecuencias esperanzadoras únicamente producto de la organización colectiva.