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Manifiesto Manierista. Ejercicio óptico dedicado a Manuel Felguérez

Posted on 2 julio, 2020

Manuel Centeno Bañuelos
 
 
Frente al patern felgueriano nuestro, ante todo, mi admiración. Al expresarme bajo aspectos hiperbólicos, las fugas, alteraciones, descentraciones, desconstrucciones, variaciones, sucesiones, tensiones, multiplicaciones, torsiones y distorsiones diversas no significan otra cosa más que un género de juegos ópticos con abundantes ensamblajes y encabalgamientos virtuales que hago desplazar entre abigarrados encadenamientos eslabonados y fecundos esquemas estructurales. Procuro hacer que la forma brille como chose sainte. Trato de hacer que las formas desfilen oblicuamente entre recortes rimados, bajo coordenadas que dibujen tramas rizadas desplegando campos, superficies y fondos básicos para lograr la necesaria composición retórica. Poseo un sentido agudo para analizar con profundo detalle la obra felgueriana, y por ello evito autocríticamente el copismo superficial. Oriento, pues, mi práctica pictórica desde dos originales vertientes: por la acentuación de efectos y por la de matices formales muy complejos y sofisticados. En consecuencia, pervierto la norma al establecer otras reglas, ésas que me permiten jugar con ellas, no bajo su régimen, ni tampoco en su contra, sino quebrantándolas lo suficiente como para provocar el siempre inesperado e incómodo far strupir. Hace aproximadamente seis años que navego sobre aguas manieristas. Me manifiesto, pues, abiertamente manierista porque en el tortuoso laberinto de la vida atomizada y en el universo del eterno devenir, me ubican frente al orden establecido por la catástrofe. Sin embargo, como transformista conciliador de contrarios, mi actitud barboviller, queda claramente expresada por mi manera de Ser-ser. Sí, radicalismo afirmativo, que a base de una práctica de concetto impongo mis propias técnicas virtuosas sobre la materia que domino magistralmente y así encuentro nuevas fórmulas desmesuradas pero exquisitas. Mi actitud provocativa, de auténtica ruptura propositiva, exhibe una rica patología representacional que crea bellas y preciosas piezas tan transparentes como un genuino diamante. Mi subjetivo individualismo en un fenómeno de insurgencia y de resurgencia cultural que encuentra en mi “berkeleyismo” su razón absoluta. Por pura filiación formalista, a mi maniera bordo mi manía de brindar, en esta ocasión, una especial dedicatoria a la espléndida obra felgueriana de la que he abrevado hasta la embriaguez.
 
 
En mi manierismo la forma se transforma en portadora de un estilo cualitativamente diferente a todo ismo. Por tanto como pintor, transitoriamente manierista, me reconozco universal.
 
 

 
Manuel Centeno Bañuelos
Galería Oscar Román
Exposición individual
15 de agosto de 1996
 
 
 
 
 
 

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