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El Maque decorado: técnica artística casi olvidada por los artistas contemporáneos. Parte I

Posted on 26 agosto, 2021

Mauro, Gilberto y Alfonso Huanosta Tera

 

Primera parte

El maque, como sabemos, es una técnica de recubrimiento de una superficie. Una superficie maqueada es el resultado de un proceso de recubrimiento, por capas sucesivas, de aceite y alguna tierra mineral finamente molida. Es una técnica mesoamericana utilizada por nuestros ancestros, para recubrir objetos que ellos utilizaban como utensilios para beber agua, pulque u otro líquido, aunque también recubrían otros objetos, como los de culto hechos de piedra. Un objeto maqueado tiene cierto parecido a los trabajos de laqueado oriental. Aunque nada tiene que ver con los procesos de aplicación de laca y, por cierto, no deja de ser interesante la persistencia en el error de nombrar al maque mexicano como laca. Esta afirmación es errónea.

 

En la primera figura mostramos un guaje maqueado, sin decoración. Puede apreciarse la tersura de la superficie maqueada, pulida a espejo. Este es el maque de memoria ancestral. La tapa fue confeccionada con material del propio fruto. Dimensiones de la pieza 18 cm de altura y 20 cm de diámetro, de un solo bulbo. Lo más común es que una pieza maqueada se decore. El trabajo de embellecer el maque, decorándolo, puede hacerse en dos versiones: por embutido, o superponiendo el decorado en una superficie maqueada previamente. Las dos clases de trabajo aún se hacen en algunos lugares de México, como en Pátzcuaro y Uruapan, Michoacán, entre otros.

 

 

Guaje maqueado en color verde oscuro.

Figura 1. Guaje maqueado en color verde oscuro.

 

 

Una vez que se selecciona el objeto a maquear, se lija y empareja perfectamente la superficie, pero sin que quede lisa en extremo. Esta debe quedar limpia de polvo antes de comenzar a colocar en ella las capas de aceite, que funciona como aglomerante, y alguna tierra. Previamente debe haberse preparado el aceite que servirá como aglomerante. La preparación del aceite es clave para producir un buen maqueado, puesto que no solamente es para aglomerar la tierra mineral sino también impermeabiliza la superficie y funciona como fijador o mordente.

 

Para preparar el aceite se requiere: Aje, aceite de chía o de chicalote, dientes de ajo y un caso de cobre. Con el aceite, el aje y los dientes de ajo dentro del caso se cuece todo por unos 30 minutos. Luego se enfría y se cuela. El aceite está listo para hacer el maque. El aje es una sustancia cerosa exudada por un insecto hemíptero, coccus axín, parecido en forma y costumbres a la cochinilla. Puede utilizarse aceite de linaza, pues en la actualidad la fabricación de aceite de chía o de chicalote se ha perdido. El aje es insustituible. Una vez que se tienen las tierras para hacer el maqueado, se requiere una molienda, a talco, muy cuidadosa y homogénea de los polvos.

 

Enseguida se unta, sobre la superficie a maquear, con los dedos de la mano, una capa fina y uniforme de aceite y se espolvorea tierra sobre la capa de aceite. El espolvoreado de la tierra se hace con un “muñeco” (mona) empapado de polvo, se forma una masilla que constituirá la primera capa de la mezcla aglomerante/tierra. La capa de pasta, así formada, debe quedar pareja y esto se logra utilizando la palma de la mano, no los dedos. Se agrega otra capa de polvo, que se integra a la masilla previa para formar la primera capa firme del maque. Se agrega otra capa de aceite y polvo para formar la segunda capa del maque. Este mismo procedimiento se repite unas seis veces hasta lograr el resultado final; el maque.

 

Al día siguiente, y durante cuatro o cinco días sucesivos, la pieza se pule un poco, cada vez, hasta obtener una superficie tersa, brillante, como la del guaje de la figura 1. El trabajo queda terminado. La precisa aplicación de la técnica garantiza un producto durable y resistente al calor, al frío y aun a impactos no bruscos en exceso. En cuanto a las lacas, estas se pueden obtener de resinas naturales y también sintéticas. Las lacas se utilizan en la industria de pinturas, mezcladas con algún pigmento y se aplican, generalmente, con una brocha. Nada que ver con el proceso de maqueado. ¡El maque no es una laca!

 

La mayoría de los trabajos de maque son producidos en Uruapan, Michoacán. El problema es que solamente se hacen con calidad comercial. La gente que los hace sustituye la tierra por yeso. Esto tiene la ventaja de que las superficies maqueadas secan rápidamente. Pero las piezas así maqueadas dejan de ser impermeables y el “agarre” de la pasta que se forma con el aceite es muy deficiente. Otro problema es que la gente no utiliza, frecuentemente, el aceite original, sustituyéndolo con aceites de muy baja calidad.

 

Ahora, una pieza maqueada está decorada por incrustación cuando al objeto maqueado se le embute material del mismo tipo para conformar el decorado. Mostraremos, en lo que sigue, algunas piezas maqueadas y decoradas por incrustación. En este trabajo, el maqueado fue realizado por Gilberto Huanosta Tera (GHT) y el taller de la señora Martina Navarro ubicado en Uruapan, Michoacán. Los diseños y dibujos de las obras presentadas aquí son idea original de Alfonso Huanosta Tera (AHT).

 

 

La danza del pescado blanco I.

Figura 2. La danza del pescado blanco I.

 

 

En la batea de la figura 2 hay una representación clásica de la bella danza michoacana del pescado blanco. El procedimiento para hacer la incrustación es sencillo. Cuando la superficie maqueada está casi seca, pero no muy dura, se dibuja encima el motivo o tema del decorado. Utilizando una herramienta punzocortante (como bisturí), se entresaca, raspando, el elemento del dibujo que se quiere embutir. Al retirar el maque original, la superficie queda disponible para volver a poner una nueva capa de maque, pero ahora de un color distinto. Esto se hace con cada una de las figuras que formen el dibujo de la decoración.

 

 

La danza del pescado blanco II.

Figura 3. La danza del pescado blanco II.

 

 

En la figura 3, hemos recurrido al ingenio, la imaginación, para crear la escena decorativa; el “conjunto de danzantes” son los propios pescados. Los peces están enmarcados por una original franja decorativa en forma de guía, donde destacan las flores de color naranja. Un alegre y colorido divertimento. La distribución de las figuras, en ambos casos, ocupa, apropiadamente, el espacio disponible para favorecer un equilibrio cromático que da lugar a un todo armonioso, muy vistoso.

 

Enseguida mostramos otra pieza maqueada y decorada; un guaje. En la fotografía de la figura 4 se presentan dos vistas, “anterior y posterior”, de la misma pieza, maqueada y decorada por incrustación. El guaje tiene 33 cm de alto y 21 cm de diámetro en su bulbo mayor.

 

 

El perro y la serpiente.

Figura 4. El perro y la serpiente.

 

El perro y la serpiente.

Figura 4. El perro y la serpiente.

 

 

En el México precolombino eran populares los guajes maqueados y decorados con motivos, generalmente florales y algunos geométricos. En el guaje de la figura 4, los elementos que forman el decorado evocan motivos zoomorfos, un perro, una serpiente que exhibe, en sus extremos, dos cabezas y pequeños plumíferos. Desarrollada en forma magistral por GHT, la pieza decorada luce como una verdadera joya artística. Sobre fondo casi negro se incrustaron todas las figuras, en colores vivos, pero no estridentes, maravillosamente trabajadas, en una combinación de tonos que produce un aspecto cromático muy agradable a la vista. La elegante forma natural del guaje se ve enriquecida por la hermosa decoración.

 

 

El bodegón.

Figura 5. El bodegón.

 

 

La obra de la figura 5 fue realizada sobre tabla de cedro rojo; 40 cm de ancho por 60 cm de largo. Utilizar una tabla en lugar de una amplia batea, o un guaje grande, implica el uso de una superficie abierta, a semejanza de un lienzo. Se puede, entonces, pensar en diseños más libres. Esto fue lo que hicimos en la pieza mostrada en la figura 5, donde hemos diseñado y utilizado como tema decorativo un bodegón, a manera de los que se hacen con pintura al óleo. Aunque la diferencia es clara. En el caso presente no se puede matizar con tanto detalle cómo se hace con el óleo. No obstante, el esmero que se ha puesto en la caracterización de cada uno de los elementos del cuadro no deja duda de la calidad artística del trabajo; las frutas, una representación de una batea maqueada y decorada y el contenedor de flores, todos magníficamente ejecutados.

 

En la siguiente pieza que presentamos, figura 6, también realizada sobre una tabla de cedro rojo de 40X60 cm, el tema es simple; una mujer sentada leyendo.

 

 

La lectura.

Figura 6. La lectura.

 

 

De nuevo, como en un cuadro al óleo. La figura de la mujer ha sido discretamente descompuesta y las partes arregladas de forma que se pudiera hacer una distribución de colores que resultara en un todo armonioso, que contribuyera a formar el cuadro. Sirven de marco los elementos geométricos, en tonos de verde, que rodean la figura central, todo en un fondo muy oscuro. Un cuadro bien logrado, sin duda.

 

Las siguientes cuatro obras de maque decorado por embutido fueron realizadas sobre madera de cedro rojo.

 

 

Abundancia

Figura 7a. Abundancia

 

El navegante

Figura 7a. El navegante

 

 

En la figura 7ª, la composición es un tanto caprichosa, figuras geométricas encerradas por una elegante greca de trazos también geométricos. Se utilizaron los elementos decorativos sólo para producir un cuadro atractivo a la vista. No se puede alegar ninguna asociación con cosas u objetos conocidos. La imagen es evocativa de un cuadro infantil. Una sobria pero bella escena. Las dimensiones son: 55 cm de alto por 40 de ancho. También en este caso el diseñador solamente se “divirtió” manejando los elementos geométricos que lo condujeran a un cuadro bonito, estéticamente bien logrado. Es notable la tersura del maqueado, la excelencia de la ejecución.

 

 

Figura 7b. Sin título.

Figura 7b. Sin título.

 

Figura 7b. Pelea de gallos

Figura 7b. Pelea de gallos

 

 

La decoración de la figura 7b fue construida sobre una tabla previamente “moldeada”; la oquedad se hizo para sugerir un elemento del “tema” pictórico. La obra no tiene título, así que, bien visto, solamente se trata de plasmar el gusto del diseñador: establecer un lenguaje visual con el observador jugando con la geometría, con la distribución de los elementos decorativos y el color. La obra exhibe una distribución cromática de serena hermosura y, además, el cuadro resultante tiene un “aire” de arte moderno. Se representa una pelea de gallos; no obstante la relativa pobreza cromática de las imágenes, el cuadro se aprecia “compensado” por el dinámico diseño que describe la pelea de gallos. El marco del diseño, en azul sobre negro, tiene el efecto de volver impactante a la vista todo el conjunto.

 

Una dificultad con la decoración del maque por incrustación es lo limitado de la paleta disponible, especialmente cuando se trabaja solamente con tierras naturales. No se puede disponer de una buena diversidad de tierras minerales susceptibles de producir una variedad amplia de colores. Una posible solución es utilizar pigmentos industriales. En todas las piezas que se presentaron aquí se utilizaron tanto tierras naturales puras como tierras naturales adicionadas con pigmentos industriales.

 

 

 

Referencias.

1. Los esmaltes de Uruapan. Por el Profesor Francisco de Paula León. Edición facsimilar del manuscrito original, presentado por Porfirio Martínez Peñaloza. Fomento Cultural Banamex, México, 1980. ISBN 968-7108-08-8.

2. Lacas mexicanas. Colección Uso y Estilo. Museo Franz Mayer. Artes de México. 1997. ISBN 968-6533-56-7.

3. “El maque de Martina Navarro y Thomas de Saint Phalle” De Jorge Santiago Santiago y Anne de Saint Phalle, Ed. Morevallado Editores, Morelia, Mich., abril de 2014.

4. El maque y su decoración. Observaciones, opiniones y precisiones relacionadas con la elaboración del maque y su decoración. Autores: Mauro, Gilberto y Alfonso Huanosta Tera. Edición casera 2019. Número de Registro Público: 03-2019-012112370500-01.

5. El abc de la decoración del maque. Decoración del maque; por embutido; con laminilla de oro y color al óleo. Autores: Mauro, Gilberto y Alfonso Huanosta Tera. Edición casera. 2019. Número de Registro Público: 03-2019-01211230800-01.

 

 

 

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