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Estéticas digitales del siglo XXI

Posted on 19 julio, 2021

Adriana Zapett Tapia
 
 
Introducción

El entramado de lo que ahora denominamos arte digital, se fue generando desde los años cuarenta del siglo XX con las teorías cibernéticas y de la información; no obstante, es hasta las décadas de 1950 y 1970 cuando se llega al desarrollo de obras conceptualizadas a partir del ordenador.[1] Charles “Chyck” Suri, con sus trabajos de gráficos por computadora realizados en los años de 1964 y 1965, es considerado pionero en esta nueva forma estética de creación.
 
Asimismo, en esta década de los sesenta se presentan las primeras exposiciones de arte computacional, siendo “Cybernetic Serendipity” que se exhibió en el Instituto de Arte Contemporáneo de Londres, la primera a nivel internacional, en la que se expusieron obras de los primeros artistas digitales como Nam June Paik, Georg Nees y Frieder Nake, entre otros.
 
En México, esta expresión artística se empezó a desarrollar de manera discontinua desde los años setenta. Manuel Felguérez fue el primero que incursionó en el área, con la ayuda del ingeniero en sistemas Mayer Sasson, quien se encargó de la programación para el diseño de sus obras, las cuales concretó después Felguérez mediante técnicas tradicionales como la pintura y la escultura. En 1987, Luis Fernando Camino presentó en el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México una exposición que tituló “Arte digital”. Desde estas primeras etapas, ya son varios los artistas que en nuestro medio artístico han explorado las posibilidades del software como Andrea di Castro, Humberto Jardón, Arnulfo Aquino, Mónica Mayer y Víctor Lerma, entre otros.
 
 
Características de las obras digitales.
 
En nuestros días el panorama está conformado por una diversificación de manifestaciones como: arte fractal, arte virtual, arte robótico, videoarte y arte en red, por mencionar algunas modalidades. Las propuestas del arte digital pueden ser procesuales, inmateriales, efímeras, reprogramables, híbridas, interactivas y derivadas de una simulación electrónica, inter y transdisciplinarias, participativas y colaborativas.
 
Las estéticas digitales constituyen un campo altamente relacional en un mundo de cruces dinámicos y sincrónicos, de redes y flujos tanto en el ámbito online como en el offline; siendo internet un factor determinante en la conectividad global, mediante variados dispositivos tecnológicos como laptops, teléfonos inteligentes, tablets, etc.; haciendo hincapié en el profundo cambio que trajo en las formas de pensar y concebir al mundo.
 
Las estéticas digitales parten de la no linealidad y de la simultaneidad, en las narrativas, en el acceso a las imágenes electrónicas y en la transformación de la forma tradicional de diagramar el espacio tiempo. Las discontinuidades, combinaciones, desfases, yuxtaposiciones y desniveles en su diseño y representación pueden llegar a formar arquitecturas complejas.
 
Sus propuestas artísticas pueden ser de gran complejidad sígnica y representacional. El artista de las artes electrónicas como recolector de signos entre navegadores y software, va interconectando rutas de significación y surfeando en un océano de imágenes, en una interpretación de mundos que integran lo colectivo y lo individual.
 
La representación ficticia o real que se elabora en las imágenes visualizables, en los ambientes inmersivos o interactivos, nos permiten desplazamientos en el dentro y fuera de estas construcciones imaginarias y simbólicas. Este universo representacional es sumamente dinámico, fluido y reprogramable.
 
La vinculación tecnológica dentro de las estéticas digitales es posible mediante la digitalización y las tecnologías de la información y la comunicación, de componentes maquínicos más complejos y sofisticados, así como de la especialización en los lenguajes de programación; el vínculo más importante es el del espectador-usuario que accede a las obras de forma interactiva a través de los dispositivos e interfaces técnicas. El campo instalativo expande y abre las fronteras imaginarias a partir de un lenguaje binario. Sus métodos de programación pueden ser analíticos y heurísticos, los desafíos en el procesamiento de datos, las metodologías de diseño  en la arquitectura e ingeniería de software y la capacidad para reinventar los mundos reales y virtuales son cada vez más sorprendentes.
 

Rafael Lozano-Hemmer, Nivel de confianza (2015) Bajo licencia Creative Commons Attribution.
www.lozano-hemmer.com


 
 
Impactos artísticos, culturales y sociales.
 
Por otra parte tenemos que tomar en cuenta, los usos psicopolíticos que afectan a los sujetos a través del procesamiento de grandes cantidades de información caracterizados por la Big Data, misma que ha significado un cambio importante en cuanto a las escalas y al acceso exorbitante de información mediante bases y bancos de datos, y de redes que modifican los esquemas unitarios que habían fundamentado lo verdadero en otros tiempos.
 
En este sentido del análisis de la información, el artista Rafael Lozano-Hemmer, en su pieza de arte interactivo “Nivel de confianza”, la cual consta de una cámara y un algoritmo de reconocimiento facial entrenado con los rostros de los 43 estudiantes desaparecidos de la Escuela Normal de Ayotzinapa, en Iguala, Guerrero; indaga en los alcances y posibilidades del procesamiento de la información mediante algoritmos y datos biométricos con la finalidad de generar una relación de identificación afectiva y emocional con los estudiantes asesinados cruelmente.
 
De este procesamiento de la información a gran escala se puede plantear la analogía con el concepto de campo expandido pero en el sentido de un descentramiento de redes sociales, blogs, prosurfismo, mapeo y geolocalización. El sujeto se enfrenta a cambios en la percepción de su mundo  a través de la ubicuidad. En la confluencia de las personas en el ciberespacio, no hay un mundo homogéneo pero nos podemos deslizar entre las diferencias y la otredad, mostrar y penetrar en las proyecciones internas y externas.
 
“En efecto, las técnicas son portadoras de proyectos, de esquemas imaginarios, de implicaciones sociales y culturales muy variados”[2]
 
En todos los ámbitos las tecnologías digitales han generado cambios radicales y profundos en los comportamientos humanos como el de la socialización a través de las redes. Las estéticas digitales han sido asimiladas e integradas a prácticas artísticas anteriores como el arte de acción, el conceptual, el performance, las derivadas del vínculo arte y vida como Fluxus, entre otras; representan cambios importantes en las ideas de autoría, originalidad y sacralización.
 
El arte digital se expande a través de bienales, festivales, ferias; se han creado sitios como El atelier des lumières, en París;  el primer museo digital, el  Mori Building Digital Art Museum de Tokio,  Japón.  Las producciones electrónicas representan cambios para la institución arte y para el mercado del arte, en sus modos de exhibición y consumo de las obras de este tipo.
 
No sólo devienen en obras de gran espectacularidad sino que también pueden presentar posturas críticas hacia lo social y lo político, como lo ha analizado Martín Prada en su libro Las prácticas artísticas e internet en la época de las redes sociales, publicado en Madrid, España, por la Editorial Akal, en 2015.
 
 

Melania Trump en el Mori Building Digital Art Museum. Fotografía de Dominio Público.


 
 
Conclusión
 
Han sido profundos los cambios en la subjetividad contemporánea, en relación con la identidad y las identificaciones, con la memoria y con las relaciones de realidad y verdad. Las estéticas digitales están inmersas en los signos de nuestro tiempo: inmediatez, aceleración y velocidad; nos generan el asombro de la irrupción de los instantes, de la variabilidad de realidades que se producen bajo otro sentido de existencia no lineal.
 
En el actual tecnocapitalismo como régimen económico imperante, accedemos a la indeterminación y a la no permanencia que permiten otra construcción de sensibilidad, para transitar por todas partes y experimentar las transiciones de la vida misma y del sujeto en constante reprogramación de sus acciones.
 
Somos y estamos en una dinámica de redes y de relaciones sociales que asumen e involucran las diferencias de un cosmos, nos hicimos a nosotros mismos en las posibilidades de la virtualización que trascendió a la simple sobrevivencia y a su finitud dando lugar a una dimensión creativa.
 
“Sin embargo, hay que tener en cuenta que la cultura digital es bastante más compleja e híbrida que los entramados de sistemas tecnológicos electrónicos y digitales que la configuran”[3]
 
Las estéticas digitales, en el panorama de los lenguajes de representación contemporáneos, siguen siendo un territorio de exploración muy potente para la experiencia artística.
 
 
Atelier des Lumières, París. Proyección sobre una obra de Klimt. Fotografía de Caroline Léna Becker (2018) Bajo licencia Creative Commons Attribution.

Atelier des Lumières, París. Proyección sobre una obra de Klimt. Fotografía de Caroline Léna Becker (2018) Bajo licencia Creative Commons Attribution.


 
 
Bibliografía
 

  • Veciana, Schultheiss Stella, Research art: la intersección arte, ciencia y tecnología como campo de conocimiento y acción, Tesis doctoral, Facultad de Bellas Artes Universitat de Barcelona, junio de 2004.
  • Levi, Pierre, ¿Qué es lo virtual?, Barcelona, Paidós, 1999.
  • Prada, Juan Martín, El ver y las imágenes en el tiempo de internet, Madrid, Ediciones Akal, 2018.
  • Sedeño, Valdellós Ana, Nuevas pantallas urbanas: el videomapping como modalidad del live cinema en el contexto de la historia de las artes, Universidad de Palermo/Facultad de Diseño y Comunicación, Actas de Diseño no. 22, p. 202-207.
  • Malvido, Adriana, Vivimos ya en el tránsito de la Edad de la Razón a la Edad de la Inteligencia, La Jornada, 6 de noviembre de 1995.
  • Riboulet, Celia, Sobre el arte de los nuevos medios, Calle 14, Vol. 7, No. 10, enero-junio 2013.
  • Rivera, Daniel, En torno al artista visual, La Jornada, 3 de noviembre de 1998.
  • Gianetti, Claudia, Estética digital sintopía del arte, la ciencia y la tecnología, Barcelona, ACC L’angett, 2002.
  • Varela, Cisneros Fernando, Hacia un arte electrónico digital, Revista Artes y Diseño, no. 925.
  • Bellido, Gant María Luisa, Arte digitalizado y arte digital: las manifestaciones artísticas en la era digital, recuperado el 29 de mayo de 2020, desde: https://www.uv.es/dep230/revista/PDF164.pdf
  • Pau, Alsina, Introducción al arte digital, Portal iberoamericano de gestión cultural, recuperado el 29 de mayo de 2021, desde: https://www.yumpu.com/es/document/read/38353224/text-integre-portal-iberoamericano-de-gestion-cultural

 
 
[1] Véase, Pau Alsina, Introducción al arte digital, Portal Iberoamericano de gestión cultural, recuperado el 20 de junio de 2021, desde: https://multimediaienba.files.wordpress.com/2011/05/palsina.pdf

[2] Levi, Pierre, Cibercultura. Informe al Consejo de Europa, Barcelona, Anthropos Editorial, 2007.

[3] Ibidem. Levi, Pierre, Cibercultura, p.IX

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