Isabel Villaseñor y Frida Kahlo: dos rostros de la mexicanidad
Carmen Gómez del Campo Herrán / Leticia Torres
Cenidiap/INBAL
En las páginas de su diario fechadas en el 13 de marzo de 1953, Frida Kahlo dibujó sobre un fondo amarillo y carmesí el contorno en tinta negra de una mujer ataviada con una amplia falda, que mira sentada a una paloma que posa en su mano derecha. Su rostro oscuro y de lado representa el perfil de su querida amiga y confidente, la pintora y poeta Isabel Villaseñor quien ese día había fallecido. Se trata de una imagen sencilla y a la vez compleja, pero la carga afectiva la vuelve intensa. Al perfil de la mujer lo cercan cinco líneas rojas entrecruzadas que parecen lanzas a punto de atravesar el rostro. En letras rojas se lee “VENADA, muerte vida, colorado, pintora, poeta”. En páginas contiguas, Frida pinta un venado rojo sobre un horizonte verde con un sol carmesí, dónde lo acompañan unas palabras de lamento que evocan las cualidades de su amiga: “¡Te nos fuiste Chabela Villaseñor! Su voz, electricidad, talento enorme, su poesía, su luz y misterio.”