El Maque decorado: técnica artística casi olvidada por los artistas contemporáneos. Parte II
Posted on 27 agosto, 2021 by cenidiap
Mauro, Gilberto y Alfonso Huanosta Tera
Segunda parte
En la primera parte de este artículo, abordamos el tema de la decoración artística del maque por incrustación. Ahora nos ocuparemos de la segunda opción para decorar el maque; decoración por superposición de los elementos decorativo/pictóricos sobre la superficie maqueada. Técnica comúnmente conocida como perfilado en oro y coloreado al óleo; o simplemente; “decoración con oro laminado”.
En el siglo XVI ya se conocían y apreciaban en Europa los trabajos de maque mexicano decorado por embutido. Por aquella época, el comercio de objetos de arte y artesanía provenientes de Asia estaba bien establecido en América. Las lacas y cerámica asiáticas estaban colmando el gusto americano. Dada la semejanza de las texturas superficiales de objetos maqueados con las superficies laqueadas, seguramente no faltó en México quien se diera cuenta de que era factible utilizar las superficies maqueadas para decorarlas. Quizá con la intensión de imitar aquellas excelentes obras de procedencia oriental. De suerte que, para decorar el maque, sólo faltaba alguien capaz de crear y ejecutar diseños apropiados.
Al parecer así surgió en México, en el siglo XVIII, el trabajo de la decoración artística del maque por superposición del decorado; creando y utilizando diseños cuyos elementos decorativos eran perfilados con laminilla de oro de 23k y luego coloreándolos con pinturas al óleo. Esto es solamente una probable hipótesis, a falta de una historia documentada del nacimiento de esta nueva técnica pictórica.
Esta clase de trabajo tuvo su asiento, especialmente, en Pátzcuaro, Michoacán. Así, lo notable es que el maque decorado no nació a instancias del arte europeo. Aunque es cierto que, tanto el arte europeo como las artes orientales, enriquecieron e hicieron evolucionar el arte de la decoración del maque, fueron artistas autóctonos quienes implementaron las adaptaciones, convirtiendo la nueva técnica en algo completamente independiente y propio de México.
Presentamos aquí algunas obras originales realizadas por el equipo que forman los hermanos Huanosta Tera. En la fotografía de la figura 1 vemos una batea no clásica, de forma octagonal, de 66 cm de largo y 40 cm de ancho.
Una vez que se tienen las piezas maqueadas, se procede a diseñar el tema decorativo. Cuando está terminado el plan, en un papel, se pasa a la superficie maqueada. Luego se delinea, con oro laminado de 23k, todos y cada uno de los elementos decorativos del diseño. Esto se hace de forma simple: se delinea primero con un finísimo pincel empapado con una pasta mordente capaz de fijar la laminilla de oro. Cuando ya está todo delineado y dorado se procede a colorear y luego matizar los colores que se hayan puesto en los diferentes elementos decorativos.
En esta clase de trabajo artístico, los elementos decorativos pueden no exhibir un realismo convencional, pero siempre el trazo es de una gran delicadeza. En la figura 1, la escena central de la decoración en la batea corresponde al conocido baile del torito. La escena es imaginaria y las miniaturas describen a los personajes que participan en el popular baile mexicano: el torito, el diablo, la muerte, el caporal, las maringuías. El diseño que enmarca la escena central fue elaborado mediante complejos trazos, roleos o volutas, que podrían hacer pensar en una recreación de elementos florales, tal como se hace en el arte barroco o incluso alcanzando giros abstractos. Para enmarcar todo el conjunto, se elaboró una preciosa greca que se ajusta a la geometría, en “alerones”, que da forma a la batea.
En esta clase de diseños importa mucho la calidad cromática que el diseño pueda favorecer. En este esquema, el diseño que enmarca la escena central puede pensarse como un colorido arreglo floral exótico. El uso del óleo favorece el manejo de una amplia gama, dando lugar a una verdadera fiesta de color.
En la figura 2 mostramos una pieza conocida como cofre/secretero, sus dimensiones son: altura 19 cm, área de la base 20×34 cm. También en esta obra se utilizó un diseño a base de trazos en volutas para la parte superior del cofre. En esta parte de la pieza, el diseño forma “guías” que surcan cada una de las caras rectangulares que configuran la tapa. La parte media del cofre, el “cuerpo”, se decoró con una escena que incluye animalitos, venados en este caso, una escena campestre, ambientada con arbolitos y algo de vegetación. Este cofre se menciona como secretero debido a que, en efecto, su construcción incluye compartimientos que no son visibles y que solamente pueden ser accesibles a gente que sabe dónde está el “secreto”. La parte inferior se adornó con elementos decorativos muy sencillos, solamente para “seguir” la arquitectura de la pieza.
Un montaje fotográfico nos permite ver, con cierto detalle, toda la parte superior del cofre.
En la figura 4, la fotografía de la izquierda corresponde, aproximadamente, a la mitad de la pieza, a la derecha la otra mitad. El guaje fue maqueado, inicialmente, en verde oscuro. Igual que en el caso anterior, primero se trabajó con el diseño y luego se procedió a dorar los perfiles de los elementos decorativos para, enseguida, completar la obra con color al óleo. En una mitad del guaje, pero en ambos bulbos, optamos por repetir el tema que ya habíamos utilizado en la decoración de la obra de maque decorado por embutido: dos versiones de la danza del pescado blanco. Lo hicimos para resaltar las diferencias que existen entre decorar por embutido y hacerlo por perfilado en oro y, para apreciar esto, sólo hay que mirar con cuidado las respectivas imágenes.
Así, en el bulbo superior, los personajes son los propios peces danzando sobre la superficie del agua. La elegancia de las pequeñas figuras hace de la escena una verdadera delicia. En el bulbo inferior del guaje la imagen es una escena con ejecutantes propios de la danza. Las bellas miniaturas forman un conjunto que ilustra, artísticamente, nuestro hermoso folclor nacional. El escenario de fondo es el lago de Pátzcuaro, con la isla de Janitzio en el centro. Un dibujo a lápiz, figura 5, muestra el conjunto que forma la danza. En el guaje no alcanza a visualizarse todo, debido a la redondez de la pieza.
Ahora, en la imagen fotográfica del lado derecho de la figura 4 se muestra la “otra cara” del guaje. En este caso decidimos decorar empleando solamente motivos florales. El bulbo superior tiene como decoración un ramo formado por una flor central estilizada, de la cual penden “guías” de flores que la rodean y la adornan. La misma idea fue utilizada en la decoración del bulbo inferior, solamente que, en este caso, el ramo de flores se exhibe encima de una elegante canastilla. Destaca la vistosa cromaticidad de la decoración lograda en ambos casos. Difícil negar la belleza de esta obra.
Enseguida, figura 6, presentamos otra pieza maqueada y decorada por perfilado en oro. Su diámetro aproximado es de 75 cm; ligeramente ovalada.
Se puede apreciar la riqueza y variedad de elementos decorativos; ramos y guías de flores, animales, galgos, pajaritos, árboles, todos estilizados como corresponde a la técnica. Es sencillo darse cuenta de que no existe ningún respeto por la escala en que deberían ser dibujados los elementos decorativos que constituyen el diseño; el tamaño de árboles, hojas, flores, animales, etcétera, son arbitrarios. Esta es una característica de la técnica.
Los galgos están insertos en una fina greca de filigrana dorada. Hermosas y elegantes grecas, de tipo arabesco, enmarcan el dibujo de la franja principal del decorado y también los retratos en miniatura pintados al óleo. El marco de estos últimos está hecho a la manera de los escudos de armas. Los retratos pintados al óleo corresponden a la familia de AHT: cuatro nietos, sus dos hijas, su esposa y el propio autor. Primorosos y finos ramos separan los marcos que contienen los retratos en miniatura, complementados, además, con lindos arbolitos sobre los que se “mueven” gracioso pajaritos estilizados. El aspecto de los ramos remite a la idea de un follaje guarnecido de oro, lo que produce una imagen como de joyería. Como es usual en esta clase de obras, el diseño completo incluye una cinta dorada que enmarca todo el conjunto. Esto se ilustra en la figura 7, donde hemos decidido mostrar el trabajo de perfilado en oro de la batea en la figura 6, realizado por un verdadero experto: Mauro Huanosta Tera. De hecho, fue él quien trabajó todo lo relacionado con el perfilado en oro que se muestra en este artículo.
Lo que vemos en esta figura es justamente el dibujo original, sin colorear y sin los retratos. Es evidente la delicadeza de los trazos que van llenando el espacio disponible. Los elegantes elementos decorativos se distribuyen con soltura sobre la superficie de la batea.
Vamos a incluir una última obra de maque decorado con oro y color al óleo. Una batea de 60 cm de diámetro y base maqueada en verde oscuro, figura 8, dedicada al día de muertos.
El tema pintado es el de la ofrenda, la cual debe de contener lo que le gustaba al difunto; por eso se ven frutas, comida, bebida, etcétera, sin faltar las flores de cempasúchil y las calaveras de azúcar. Hacia la periferia de la batea, la franja principal del decorado incluye también miniaturas de “esqueletos festivos”, elegantemente enmarcados. Estos finos “esqueletos bailarines” fueron pintados sólo para recalcar el motivo de la decoración. Los elaborados y elegantes ramos, formados por guías muy estilizadas, que se intercalan entre los escuditos que contienen los esqueletos festivos sirven para enfatizar la simetría del diseño. A manera de cenefa hemos utilizado una greca muy simple, pegada a una cinta dorada, para enmarcar el diseño completo. La decisión de utilizar solamente tres colores, rojo, azul y verde, en el coloreado de los elementos decorativos de la franja principal pone en una perspectiva destacada la simetría del diseño. La hermosura de la decoración es excepcional.
Deseamos aclarar que los diseños de las últimas dos piezas presentadas aquí no fueron realizados por AHT, sino que pertenecen a un archivo de obras clásicas antiguas. Todas las obras presentadas en la primera y la segunda parte de nuestro artículo pertenecen a la pequeña colección familiar Huanosta-Gutiérrez. Las hemos compartido aquí con la intención de mostrar cómo las técnicas de la decoración del maque, tanto por embutido como superponiendo la decoración en una superficie maqueada, pueden ser utilizadas ventajosamente como vehículo para hacer arte de calidad.
Referencias.
1. El maque y su decoración. Observaciones, opiniones y precisiones relacionadas con la elaboración del maque y su decoración. Autores: Mauro, Gilberto y Alfonso Huanosta Tera. Edición casera 2019. Número de Registro Público: 03-2019-012112370500-01.
2. El abc de la decoración del maque. Decoración del maque; por embutido; con laminilla de oro y color al óleo. Autores: Mauro, Gilberto y Alfonso Huanosta Tera. Edición casera. 2019. Número de Registro Público: 03-2019-01211230800-01.
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