Giro Gráfico
Alberto Híjar Serrano
Ana Longoni, la joven y bella historiadora crítica constante de los trabajos culturales con signos, símbolos y acciones de alerta libertaria, titula uno de sus textos “¿Tucumán sigue ardiendo?”, frase hecha cartel por Juan Pablo Renzi en 1968. Ana llama “mítica obra de los sesentas” a los trabajos contra las tropelías militares y las dictaduras en una reunión de intervenciones de espacios públicos para alertar sobre los tiempos infames en Argentina. Longoni no es la única que inquiere sobre las presencias de las obras en museos y galerías que dan pie a la pregunta que en 2001 llamó Argentina Arde a la “revuelta popular” que desde las postrimerías de los ochenta dieron lugar a siluetas, carteles pegados en los muros y en apoyo a acciones de denuncia y resistencia como las convocadas por las Madres de Plaza de Mayo. Las leyes de obediencia debida y punto final concretadas en el infame decreto de indulto a los criminales por el gobierno de Menem, han reactivado las acciones de denuncia organizada con precisiones como la del mapa de las casas de los criminales y de los escraches para señalarlas. Grupos como Etcétera de combativas mujeres, rechazan entonces las invitaciones a museos e instituciones privadas y hay quien remite la decisión a la caracterización de Negri y Hardt del Estado instituyente y constitutivo.