Jeremy Uribe
Es un delito nacer mujer. Es un delito aún mayor
nacer mujer y tener talento.
María Izquierdo.
El arte mexicano de principios de siglo XX surge en un contexto de cambios políticos y sociales, lo cual conlleva a la creación de nuevas formas de expresión dentro del ámbito estético. De esta manera, surgen artistas con propuestas de gran impacto en el país y a nivel internacional. Algunos de ellos retoman elementos prehispánicos, plasman el puño alzado del proletariado urbano y rural; otros se alían con José Vasconcelos para posibilitar la realización del proyecto de nación, no sólo mediante la educación, sino en la configuración de una nueva sensibilidad a través de las imágenes, proponiendo llevar la escena mexicana al ámbito artístico, con la finalidad de desprenderse de las exigencias académicas provenientes del extranjero y su configuración de la vida privada de los individuos.
Este listado de eventos además resalta por una particularidad: excluyó a las mujeres del devenir posrevolucionario. No se pueden comparar los grandes acervos artísticos, los patrocinios y las obras con exigentes parámetros de conservación reservadas sólo para los hombres que construyeron los cimientos de la historia, por hablar sólo del ámbito cultural. A las mujeres, por otro lado, se les cuestionó y negó su capacidad para desempeñar el oficio de artista. Esto no significaba la inexistencia de mujeres dedicadas al arte, sino la inexistencia de condiciones igualitarias para su desarrollo en el medio.
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