DOLORES OLMEDO Y LOS MUSEOS DIEGO RIVERA ANAHUACALLI Y FRIDA KAHLO*. II
Jorge Guadarrama Guevara
SEGUNDA PARTE
El Museo Frida Kahlo se reinstaló respetando el uso que originalmente se había dado a los espacios, a excepción del salón de la esquina de Londres y Allende —donde, se dice, Frida se asomaba por una ventana—, el cual se dedicó a pertenencias de la pintora, especialmente ropa, que antes se encontraban en su baño, en la planta alta.
En las primeras salas del recorrido, se instalaron las obras de Frida de la colección Olmedo, colocando el diario como pieza principal. La cocina y el comedor conservaron los mismos muebles y ciertos detalles fueron añadidos. Tal es el caso de los nombres de Frida y Diego marcados con jarritos, idea mía que fue aceptada por doña Lola. En el comedor se agregó un frutero pintado para colocar alcancías de barro en forma de frutas, mientras que el cuarto de Diego se conservó tal como estaba originalmente.